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El BCE endurece las condiciones para que los bancos consigan liquidez

El instituto emisor valora algunos activos seguros al 50% de su precio teórico

Claudi Pérez

Los mayores bancos centrales del mundo tienen los tipos de interés rondando el 0%, llevan meses con la barra libre de liquidez para la banca -y en el caso de EE UU, facilidades también para empresas- e incluso han empezado a darle a la máquina de fabricar billetes. Heterodoxia, innovaciones y recurso a políticas no convencionales: todo vale para salir de la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión.

En medio de este giro radical de política monetaria, el Banco Central Europeo (BCE) sigue a su ritmo. Sin apenas cambiar el paso. Mantiene los tipos europeos en el 1,5% (lo que revaloriza el euro y perjudica las exportaciones europeas), y con enormes reticencias a seguir bajando para prevenir futuras tensiones inflacionistas. Y con la liquidez lanza mensajes contradictorios: en la reunión de marzo, el equipo del francés Jean-Claude Trichet decidió mantener el suministro ilimitado de liquidez a la banca durante todo el tiempo necesario, incluso más allá de finales de 2009. Pero a la vez, la banca denuncia que el BCE ha endurecido sustancialmente los requisitos de esa supuesta barra libre, con una política ultraconservadora en la valoración de los activos que acepta como garantía.

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Porque la liquidez no sale gratis. Desde febrero, el BCE está valorando activos con la máxima nota de calificación -es decir, los más seguros- al 40%, 50% y 60% de su valor teórico en muchos casos. En otras palabras: dejando como aval una de las titulizaciones tan habituales en la banca española en los últimos años, la barra libre del eurobanco supone obtener en dinero contante y sonante menos de la mitad de lo que valen esos títulos, en los casos más graves. La razón es que no hay precios de mercado para valorar esos activos. Ante la ausencia de precios de mercado, el BCE se ha decidido por una fórmula conservadora, para acorazarse por el deterioro de las condiciones financieras. "Es una salvajada que nada tiene que ver con la realidad, porque se aplica incluso a activos con vencimientos a dos años, que nunca se van a dejar de pagar. Lo que está consiguiendo es que el crédito fluya aún menos. Y si lo que persigue es reactivar el mercado interbancario, consigue exactamente lo contrario: si un banco sabe que el BCE va a valorar un activo que emite otra entidad al 40%, nunca lo va a comprar. Y así nunca se va a regenerar el mercado", explica un director de una gran entidad española.

Bancos y cajas españoles ya pusieron el grito en el cielo en agosto. Entonces, con los mercados cerrados a cal y canto por la total desconfianza en la salud de las entidades financieras, el BCE anunció un cambio en la normativa que endurecía las subastas de liquidez. A ese ajuste suave se une ahora la menor valoración de los activos. Según las fuentes consultadas, la combinación de esas dos medidas no provoca graves problemas para el conjunto del sector, pero sí puede perjudicar a las entidades con mayores necesidades de liquidez -por el vencimiento de titulizaciones, por ejemplo- y que no pueden acudir a los mercados.

La CECA, la patronal de las cajas de ahorros, considera que la medida "penaliza el recurso a la liquidez del BCE en un entorno en el que los mercados siguen cerrados, y puede acabar afectando a la cuenta de resultados del sector, ya suficientemente castigada". El BCE trata de incentivar el mercado interbancario y de evitar que el sector financiero se acostumbre a acudir a la ventanilla. El problema es que a pesar de todo, la semilla de la desconfianza entre los bancos persiste. El eurobanco "va cerrando el grifo porque cree que ya ha cumplido con su parte, la rebaja de tipos, y que ahora los mercados deben empezar a funcionar. Pero no es tan sencillo", apuntan en la CECA.

La medida afecta directamente a España, cuya banca no ha dejado de incrementar el recurso a la liquidez del BCE ante el cierre de los mercados desde el inicio de la crisis. Con los últimos datos disponibles, de febrero, los bancos españoles solicitaron al BCE 74.090 millones de euros, lo que supone el 12,5% del total del eurosistema, una cifra que ya supera el peso de la banca española en la eurozona.

Otras fuentes quitan hierro a esta situación. Tomás Varela, director financiero del Sabadell, asegura que la decisión de endurecer las condiciones para la obtención de liquidez "es una muestra más de la ortodoxia del BCE en política monetaria, con un Trichet que está reaccionando más lentamente que los banqueros centrales anglosajones; es una nueva llamada a la disciplina". Varela asegura que la mayoría de las entidades "han hecho los deberes y acumulan grandes dosis de liquidez, por lo que la medida no ha provocado intranquilidad ni influye en el credit crunch".

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, tras la última rebaja de tipos de interés.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, tras la última rebaja de tipos de interés.BLOOMBERG

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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