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Obama vive su primera gran crisis

El presidente defiende al secretario del Tesoro - Geithner asume toda la responsabilidad del escándalo de las primas de los directivos de AIG

Antonio Caño

Pese al despliegue por parte de Barack Obama de sus mejores recursos para controlar la peor crisis política de sus dos meses de presidencia -incluida una comparecencia estelar en el programa de Jay Leno-, el secretario del Tesoro, Tim Geithner, sigue contra las cuerdas por el episodio de los bonos de AIG y ha tenido que aceptar su plena responsabilidad por lo sucedido.

Al mismo tiempo, Geithner ha reconocido también que funcionarios de su departamento hablaron con el senador Christopher Dodd para que retirara de la ley de estímulo económico un apartado que hubiera impedido el pago de las primas de AIG y de otras compañías que han recibido ayudas del Estado.

Algunos senadores republicanos se han lanzado a pedir la dimisión del secretario del Tesoro, al que consideran demasiado debilitado como para tomar las decisiones que se requieren para estabilizar el sistema financiero. "Geithner tiene que irse porque está minando la capacidad de la Administración de Obama para responder a la crisis económica", ha declarado el senador Johnny Isakson. Los más importantes líderes de la oposición -y algunos demócratas- se conforman, por ahora, con que Geithner explique con detalle qué sabía sobre los bonos y cuándo lo supo.

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Geithner insistió el jueves por la noche en una entrevista en la CNN en que fue informado por primera vez del asunto el 10 de marzo, con sólo cinco días de antelación a que los bonos fueran efectivos, pero admitió que debería haberlo sabido antes. "Estaba en una posición en la que no supe sobre ello antes, y asumo toda la responsabilidad por ello". El jefe del Tesoro dijo que no tiene intención de presentar la dimisión y que asume la presión que está recibiendo como "un riesgo que va con el cargo".

Más comprometido puede resultar el papel de Geithner en el asunto de la corrección de la ley de estímulo. El senador Dodd, que ve su carrera en peligro después de 29 años en el Capitolio, confesó el jueves y repitió ayer en una conferencia de prensa que había retirado la cláusula contra los bonos por indicación de "altos funcionarios del Tesoro". Geithner ha admitido que esos contactos se produjeron, pero únicamente con el propósito de alertar a los senadores sobre el peligro que la inclusión de ese apartado suponía de una cascada de demandas judiciales contra el Gobierno. "Queríamos asegurarnos de que el texto era lo suficientemente fuerte como para hacer frente a eventuales desafíos legales", manifestó Geithner.

Las declaraciones del secretario del Tesoro forman parte de una ofensiva de la Administración para recuperar la iniciativa en un asunto que apenas representa una gota de agua en medio del océano de la crisis económica, pero que amenaza al ángulo más robusto de Obama: su crédito personal.

Los 165 millones de dólares que se repartieron los ejecutivos de AIG se han convertido, por el oportunismo de unos y la incompetencia de otros, en el símbolo de todos los males. La Administración no estaba preparada para semejante repercusión y se ha visto navegando en medio de noticias adversas -como la donación de más de 100.000 dólares de AIG tanto a la campaña electoral de Obama como a la de Dodd, o el trabajo desempeñado el año pasado para esa misma compañía por Richard Holbrooke, un alto funcionario del Departamento de Estado-, todas ellas de menor importancia, pero difundidas en un clima de gran apasionamiento popular.

La aparición de Obama en el programa de Leno tenía ese objetivo: responder a esa indignación popular, tratar de serenar los ánimos. "Los bonos de AIG", dijo el presidente, "son un problema, pero el mayor problema es que tenemos que volver a una actitud en la que la gente diga ¡ya basta! y se recupere un sentido de responsabilidad". "Si podemos recuperar los valores que construyeron América, creo que saldremos adelante".

Obama aprovechó la multimillonaria audiencia para defender a Geithner. "Este hombre está batallando al mismo tiempo con una crisis bancaria y con la peor recesión desde la Gran Depresión. Creo que está haciendo un maravilloso trabajo", comentó.

El presidente precisa apartar el foco de Geithner y del caso AIG porque necesita construir apoyo en torno a su gran apuesta: las reformas estructurales incluidas en su Presupuesto.

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