Las cargas de los Mossos fragmentan Interior entre duros y dialogantes

Las cargas de los Mossos d'Esquadra contra los estudiantes han aumentado la fragmentación que desde hace meses se viene larvando en el Departamento de Interior entre los partidarios de la mano dura y los que abogan por que la fuerza sea el último recurso. El secretario de Seguridad Pública, Joan Delort, personaliza la línea dura, la de los partidarios de que los agentes carguen a la primera de cambio, sin dialogar antes con quienes tienen enfrente y con independencia de que sean okupas o estudiantes. Es la postura que defienden, además, buena parte de los mandos policiales y los sindicatos, que no admiten críticas a la intervención de los policías y que son capaces de censurar al consejero Joan Saura por afirmar que se produjeron errores.

Esa línea dura convive en Interior con un sector que se inclina por la estrategia política, por intentar dialogar con los manifestantes de turno y hasta mediar para disuadirlos sin necesidad de emplear la fuerza, que siempre debería ser la imprescindible. En ese sector se sitúan, por ejemplo, el secretario general del departamento, Joan Boada, y algunos de los asesores fichados en los últimos meses y agrupados en el comité de ética de la policía.

Pero la paradoja es que al director general de la policía, Rafael Olmos, le manda Delort, un caso insólito entre los altos cargos de la Generalitat y que ha ocupado responsabilidades en el departamento en la época de Xavier Pomés (CiU), Montserrat Tura (PSC) y Saura (ICV). Un centenar de fotógrafos y reporteros gráficos de diversos medios se concentraron ayer frente al Palau de la Generalitat para protestar por la actuación de la policía, que también cargó contra la prensa.

Mientras tanto, prosiguen las reacciones por la actuación de los Mossos y la gestión del consejero de Interior. La más próxima al líder de Iniciativa la lanzó ayer el eurodiputado ecosocialista Raül Romeva -hombre de confianza del secretario general del partido, Joan Herrera-, que reclamó que la investigación encargada por Interior sirva para que "se asuman o se hagan asumir las responsabilidades que toquen".

Por su parte, el presidente de ERC, Joan Puigcercós, lejos de echar una mano, constató que hubo "excesos" de los Mossos y se mostró convencido de que el Gobierno catalán actuará en consecuencia. Puigcercós fue un poco más allá y dio un consejo a Saura usando su caso personal: abandonó el Departamento de Gobernación para dedicarse a la dirección del partido, que entonces batallaba con Josep Lluís Carod Rovira. Puigcercós cree que "compatibilizar es difícil". Ante esta sugerencia, el vicepresidente de ICV, Jordi Guillot, indicó a Puigcercós que "tiene bastante trabajo ya con Esquerra" y apuntó que "a ICV no le hacen falta más consejos": otro capítulo de las malas relaciones entre ERC e ICV, socios de Gobierno. En una onda diferente, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, manifestó que su partido "apoya totalmente" a Saura .

El diputado de CiU Oriol Pujol instó al presidente de la Generalitat a retirar las competencias de Interior a Joan Saura. El diputado nacionalista resumió la situación afirmando: "No se puede poner al zorro a cuidar de las gallinas", con relación a Saura y los Mossos.