La huelga no consigue paralizar los centros escolares
El 41,5% de los docentes secundaron el paro contra la ley de educación
La huelga en las escuelas e institutos convocada en Cataluña por los sindicatos contra el proyecto de la que será la primera ley de educación catalana fue secundada por el 41,49% de los docentes, según la Generalitat. Hubo más seguimiento en las escuelas (53,1%) que en los institutos (28,49%). Los datos del Departamento de Educación están sacados de las listas enviadas por los centros para descontar el día de paro a los que lo secundaron.
En cambio, los sindicatos convocantes cifraron el paro en más del 80% en las escuelas y en el 60% en los institutos. Los convocantes eran USTEC, CC OO, UGT, ASPEPC y CGT.
Miles de personas recorrieron Barcelona en manifestación. La cifra de manifestantes baila según quién la atribuya. Los sindicatos calcularon en 80.000 los participantes en Barcelona. La Guardia Urbana rebajó la cifra a 23.000. Un cálculo hecho por EL PAÍS arroja una asistencia de 54.400 asistentes, a razón de dos personas por metro cuadrado durante todo el recorrido de la marca entre la calle Pelai y la plaza Sant Jaume.
Cuando la cabeza de la marcha entraba en la plaza de Sant Jaume, la cola estaba en la mitad de la calle de Pelai. En Lleida, Girona y Tarragona se manifestaron alrededor de 4.000 personas.
La de ayer fue la tercera huelga en la enseñanza no universitaria contra el proyecto de ley de educación. Los sindicatos están en contra y piden la dimisión del consejero de Educación, Ernest Maragall, el impulsor de esta norma. El consejero lamentó el perjuicio para las familias afectadas por el paro, calificó la movilización de legítima y expresó su respeto a quienes trabajaron.
Por zonas, donde más fue seguido el paro fue en el Baix Llobregat-Anoia, con el 47,32%; Barcelona-comarcas, con el 48,7%, y Vallès Occidental, con el 47,14%. La menor incidencia se produjo en Lleida, con el 34,34%, y las comarcas de la Cataluña central, con el 38,48%.
En medio de la manifestación, Xavi Elizondo, profesor de informática de Rubí, decía estar contra de la futura ley "porque introduce métodos de gestión privada que hacen que el sistema público pierda su carácter".
"No estamos de acuerdo en la formas, se ha hecho por decretazo y sin discusión con los maestros", explicó Imma Jordana, maestra de educación primaria de 59 años, que permaneció en la escuela para cumplir los servicios mínimos dictados por el Departamento de Trabajo .
Un centro con un alumno
En los centros pasó de todo. Por ejemplo, la escuela de la Concepció, en el Eixample barcelonés, recomendó no llevar a los niños. En el instituto Joan Coromines, en Sants, tuvo poco efecto, explicó su director, Javier Marsà, en clase con los alumnos. En el CEIP Àgora, en Nou Barris, no tuvo seguimiento. La directora, Isabel Sánchez, explicó que la desición se tomó en conversaciones informales entre los maestros: "No estamos en contra de la ley. Creemos que es una huelga difusa e inoportuna en momentos de crisis".
Joan (nombre falso) recibió más atención que nunca en clase; de los 300 alumnos del CEIP Joan Perich de Sant Joan Despí (Baix Llobregat), él fue el único que asistió a la escuela. El CEIP Sant Ildefonso, en Cornellà de Llobregat, registró más afluencia de alumnos que los otros colegios de la zona. De los 41 maestros, 24 secundaron la protesta y los restantes se quedaron cumpliendo servicios mínimos.
Aulas vacías y pocos gritos infantiles en el patio de la escuela Carme Auguet, de Girona. De los 90 alumnos, sólo 15 entraron en las aulas. "La huelga me parece bien, pero no tengo con quien dejarlo", decía una madre. En otras escuelas de Girona hubo normalidad, como en el Col·legi Verd y el Bruguera, donde los docentes informaron a los padres de que no están de acuerdo con algunos puntos de la ley pero que impartirían clase.
Información elaborada por Maiol Roger, Irina Gimeno, Mónica Acero, Natalia Iglesias, Lluís Visa y Sebastián Tobarra
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