Ryanair promete llevar a Barcelona 15 millones de turistas
La firma pide tasas el 25% más baratas y hacer su propio servicio de tierra
Ryanair ha hecho una oferta muy concreta al aeropuerto de Barcelona. La aerolínea irlandesa se propone ubicar una veintena de aviones en El Prat para alcanzar hasta 15 millones de pasajeros (sería la mitad de todo el tráfico que registró el aeropuerto en 2008), a cambio de unas condiciones que le permitan desarrollar su modelo de trabajo de bajo coste: una rebaja del 25% en las tasas aeroportuarias, la posibilidad de realizar su propio servicio de tierra (autohandling) y poder embarcar y desembarcar a los pasajeros mediante dos puertas exclusivas.
Es la propuesta que, según fuentes conocedoras de las negociaciones, AENA tiene sobre la mesa por parte de la aerolínea irlandesa, que llamó a la puerta del ente público que gestiona los aeropuertos españoles al comenzar el año para hablar de su proyecto en Barcelona.
Ryanair rehúye comentar "rumores" sobre sus intenciones concretas en El Prat, después de que el patrón de la aerolínea, Michael O'Leary, reconociese su voluntad de comenzar a operar en Barcelona. No obstante, fuentes de la compañía irlandesa sí destacan un elemento básico para su desembarco en El Prat: "Nuestro modelo de negocio exige que el cambio de pasajeros en los aviones pueda realizarse en 25 minutos, así es como el modelo low cost (bajo coste) puede funcionar y ahora, en El Prat, todavía no es posible". Es con ese plazo con el que Ryanair puede optimizar al máximo el uso de sus aviones y como, además de otras medidas como la estrechez salarial y la eliminación del máximo de servicios posible, la compañía es capaz de ofrecer plazas de avión a 5, 10 y hasta cero euros.
La mayor parte de las veces estas ofertas son mínimas y actúan como simple cebo, pero en general, Ryanair ofrece unas tarifas inferiores a cualquier rival y genera una gran afluencia de viajeros. No sólo capta pasajeros de otras aerolíneas, sino que genera nueva demanda de turismo a causa de sus ofertas. "Eso es lo que puede hacer en el futuro que AENA se llegue a plantear acceder a los requisitos que pide Ryanair. Hoy dice que no, pero con el tráfico aéreo a la baja (el pasado febrero cayó el 21%), y la capacidad que tiene la compañía hacer crecer el número de turistas en Barcelona, en el futuro pueden decir que sí. Y con la nueva terminal (la T-1), ahora hay mucho espacio que llenar", reflexiona un político catalán.
Para la capital catalana, Ryanair no ha pedido de momento las suculentas aportaciones que sí recibe para el aeropuerto de Girona, de la misma forma que tampoco cuenta con ellas para el aeropuerto de Barajas. La aerolínea movió a cinco millones de pasajeros desde Girona el año pasado, y por eso a la Generalitat no le duelen prendas a la ahora de concederle recursos económicos (tiene 14 millones asegurados para el periodo 2009-2011) mediante inversiones publicitarias para la promoción de la ciudad.
Pero la clase política y empresarial también aprecia los riesgos de acoger a Ryanair en Barcelona. En primer lugar, perpetúa a El Prat como aeropuerto de bajo coste (que ya supone el 40% de su tráfico), cuando la aspiración de la Generalitat y el empresariado es conectar con un potente aeropuerto intercontinental que impulse la economía catalana. Y, por otra, supondrá un mazazo para otro tipo de compañías como la nueva Vueling fusionada con Clickair, que, aunque también se enmarca en el sector de bajo coste, tiene un perfil de servicio "más amable" con el pasajero, opina la misma fuente.
Y es que la aerolínea irlandesa no deja de ser objeto de críticas por parte de asociaciones de consumidores.
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