La crisis frena el proyecto del rascacielos de Ghery en la Sagrera
El consorcio de la Zona Franca calculó la inversión 250 millones de euros
El rascacielos proyectado por Frank Ghery para el triángulo ferroviario de la Sagrera esperará a que pasen los revueltos tiempos de la crisis económica. El edificio, un rascacielos de 145 metros de altura que fue bautizado por el arquitecto autor del Museo Guggenheim de Bilbao como La Novia, por la larga cola que conforman las placas solares que lo recubrirán, no ha llegado a tener la forma de proyecto básico por la dificultad de definir en este momento lo más importante: a qué se destinarán sus 80.000 metros cuadrados y qué operador puede estar interesado. Ni lo uno ni lo otro está claro. La inversión que requiere, en cambio, sí lo está: no menos de 250 millones de euros.
El consorcio de la Zona Franca, que encargó directamente a Ghery el proyecto en 2004 -después de un vuelo en helicóptero por la zona con el entonces alcalde, Joan Clos- no ha querido responder a las preguntas formuladas por este periódico a propósito del futuro del edificio y si, hoy por hoy, hay algún operador interesado en ocuparlo. Hace tres años, en cambio, cuando la coyuntura económica era bien distinta, el propio presidente del consorcio, el socialista Manuel Royes, refirió que La Novia tenía hasta "cuatro pretendientes". Y avanzó que posiblemente su coste pasaría de los 300 millones.
Fuentes municipales conocedoras del devenir del proyecto reconocen que la falta de un operador y de la concreción de a qué se destinará la edificabilidad supone, de momento, la paralización de un edificio ideado como el símbolo de la nueva Sagrera, la que nacerá con la estación del AVE y el cubrimiento de las vías, y que es otra gran intervención urbanística que está en el aire precisamente por la crisis económica.
Desde el área de Urbanismo se evita la palabra parálisis y se prefiere utilizar el concepto de compás de espera "razonable". El edificio tiene 80.000 metros cuadrados, todos de terciario, y hay que tomar la decisión de cuántos se destinarán a oficinas y cuántos a hotel porque, en principio, ésos son los usos previstos. "Se han planteado dudas en la distribución, si destinar el 60% a oficinas y el 40% a hotel, o al revés. O si, al final, es a medias", señalaban las mismas fuentes, que reconocen que no hay operador a la vista. Dos sectores, tanto el de oficinas como el hotelero, que también han pisado el freno.
La maqueta del edificio de Ghery -autor ente otros proyectos del Instituto Tecnológio de Massachusetts de Boston y la bodega Marqués del Riscal en Elciego (La Rioja)- fue presentada por él en la exposición Barcelona in Progress durante el Fórum de 2004. Una torre de 34 plantas que se descompone en un juego de fachadas recubiertas de cristal y aluminio. Es una forma que, según los reflejos solares, puede llegar a dar sensación de movimiento. Ghery logró este mismo efecto en una de sus obras más conocidas por eso mismo, la Casa Danzante (Ginger y Fred), que se asoma a las aguas del río Moldava en Praga.
La Novia, además, fue concebida como un ejemplo de arquitectura medioambiental. No sólo porque algunas fachadas estarían recubiertas de placas solares, sino también por un sistema de ventilación cruzada y un sistema de pilotaje de la cimentación con tuberías plásticas que proporcionarían energía al inmueble. Una complejidad que, con seguridad, tiene que ver con la alta inversión que requiere.
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