Iceta defiende a Castells de las críticas del PSOE

"Si les pica, que se rasquen". Podía haberlo dicho de forma más diplomática, pero no más claro. El portavoz del Partit dels Socialistes y viceprimer secretario, Miquel Iceta, defendió ayer con esta frase la labor del consejero Antoni Castells en las negociaciones de la financiación autonómica. Y es que en el Partit dels Socialistes no han sentado nada bien las críticas, en ocasiones veladas, en ocasiones más directas, que han salido desde el Gobierno central contra el titular de Economía del Gobierno catalán.

Sin ir más lejos, la semana pasada, la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, censuró la actitud "pesimista" de Castells y dijo que con este comportamiento es difícil llegar a acuerdos. Además, lamentó que el consejero viera siempre el vaso "medio vacío". El entorno del presidente Zapatero está igualmente molesto, pues atribuyen a Castells las reiteradas negativas del Gobierno catalán a aceptar el pacto de financiación que ofrece el ministro Pedro Solbes.

"Si alguien se piensa que sobre la base de criticar a uno de los negociadores se llega antes a un acuerdo, se equivoca", dijo ayer Iceta tras participar en la reunión de la ejecutiva del PSC. El portavoz socialista también reiteró que la negociación sobre el nuevo modelo financiero sigue encallada.

"Notable" a Zapatero

Pese al lastre del desacuerdo sobre financiación, los socialistas catalanes no dudaron ayer en valorar con un "notable" la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero en el primer aniversario de la presente legislatura.

En los haberes, Iceta citó el cumplimiento de la disposición adicional tercera del Estatuto y los 4.300 millones de euros anuales para inversiones, el plan de Cercanías, la ampliación del aeropuerto de El Prat, la llegada del AVE a Barcelona, la sede de la Unión por el Mediterráneo para la capital catalana y la publicación de las balanzas fiscales, entre otros.

Iceta, no obstante, recordó que hay asuntos "pendientes", como el cambio del modelo de gestión del aeropuerto de Barcelona y, sobre todo, un nuevo modelo de financiación que por ley debería haber estado firmado desde antes del pasado 9 de agosto.

Los socialistas fueron los únicos que aprobaron la labor de Zapatero. Esquerra Republicana suspendió al ejecutivo socialista y le recordó que si quiere su apoyo en el Congreso debe acordar ya el nuevo sistema de financiación autonómica.