Camps se enroca en los eventos mientras aprietan el paro y la crisis

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ratificó ayer su apuesta por los grandes eventos en Alicante, donde anunció que la ciudad puede albergar las tres próximas salidas de la Volvo Ocean Race, mientras las cifras del paro se recrudecen y alcanzan el mayor incremento de España en febrero (6,75%) y el segundo mayor repunte interanual (71,42%).

Camps, y el representante de la Volvo Ocean Race, Agnus Buchanan, escenificaron que el cuerdo para que la ciudad acoja de nuevo próximas ediciones de la competición está cerca, una vocación ya conocida y una negociación cuya buena marcha ha sido otras veces anunciada. El presidente volvió a enarbolar su apuesta por los eventos: "Éste es uno de nuestros caminos de empleo y prosperidad".

El desempleo abre una brecha con las principales comunidades

Las Cortes visan los planes de apoyo del Consell sin dotación económica

También el Ayuntamiento de Valencia, a tono con el Consell, ha auspiciado estos días un congreso sobre grandes eventos deportivos organizado por la escuela de negocios IESE, en el que precisamente el armador del Alinghi, Ernesto Bertarelli, pidió el apoyo de las administraciones ante la crisis para poder celebrar en la ciudad una nueva edición de la Copa del América.

Mientras, los sindicatos claman ante la gravedad de la situación económica valenciana, donde la sobredimensión de la construcción y la vulnerabilidad de la industria por su ineficiente adaptación a la economía global tienen un impacto superior al del resto de comunidades españolas. Sus llamadas para actualizar el diálogo social siguen sin respuesta.El principal instrumento para hacer frente a la situación económica, el Plan Valenciano para el Crecimiento y el Empleo II (Pavace), sigue bloqueado después de que los dos principales sindicatos, UGT y CC OO, abandonasen la última sesión de control por haberse convertido en un "diálogo de sordos". Pese a las llamadas realizadas el martes, tras conocerse la sangría del paro, para imprimir un punto de inflexión a la negociación, el Consell, apostado en la parálisis de la operación Gürtel, no recogió el guante.

La necesidad de implementar medidas extraordinarias se ha hecho ineludible para los sindicatos, que consideran que no solo son urgentes acciones inmediatas para garantizar la protección social de los desempleados sino también medidas estructurales para cambiar el modelo productivo de la Comunidad Valenciana, que es el que está causando la hemorragia del desempleo. Ésta es también una reivindicación de los empresarios que tampoco ha obtenido por ahora ninguna respuesta por parte del Consell.

La Comunidad Valenciana, que en 2008 fue la que más expedientes de regulación de empleo aprobó (1.286), desarrolló en los últimos años un potente vínculo con el sector de la construcción, que absorbió gran parte de las energías productivas y, a menudo, atrajo incluso los recursos destinados a la innovación de buena parte del sector industrial. Esta situación ha lastrado la adaptación de la industria valenciana a la economía global, lo que mantiene su vulnerabilidad ante las crisis, según los expertos Además, la estructura del tejido empresarial valenciano está mucho más atomizada que en otras comunidades autónomas por su tamaño y está muy vinculado a los bienes de consumo, sufriendo de lleno el impacto de la contención del gasto.

El sistema productivo valenciano se resquebraja ante su propio agotamiento y los condicionantes exógenos potencian sus efectos. Su incremento en el paro (71,42%) ha abierto una brecha con las principales comunidades autónomas (Madrid, 51,78%; Cataluña, 64,82%; y País Vasco, 38,81%), cuyo desenlace hace prever lo peor. Ante ese panorama, el coro de empresarios, desde AVE a CEV, es unánime subrayando la necesidad de un cambio en el modelo de crecimiento que sustituya la especulación como fuerza motriz por la innovación y la formación. Un modelo en el que la industria innovadora y los servicios avanzados y de mayor valor añadido puedan cubrir el descenso del sector inmobiliario.

Sin embargo, el Consell, que propició el desarrollo del modelo productivo que ahora desdeñan las organizaciones empresariales y los sindicatos, dobla su apuesta por los eventos deportivos, se atrinchera ante los efectos del paro y trata de desviar la causa hacia el Gobierno central. En ese sentido, el martes lo acusó de no poner en marcha medidas para atajar el incremento del desempleo y de dar la mitad de fondos por parado que en otras autonomías.

El PP convalidó ayer en las Cortes Valencianas el decreto que contempla los créditos extraordinarios para tres planes especiales de apoyo a los sectores productivos, el empleo y la inversión en municipios. Este decreto ley prevé destinar 360 millones de euros al plan de apoyo al empleo, 335 al de los sectores productivos y 1.020 a la inversión productiva en municipios, que se financiarán con economías de gasto, con la nueva financiación autonómica y con el recurso a la deuda.

El Grupo Socialista, que votó en contra, criticó la ausencia de memoria económica en estos planes y los calificó de "cortina de humo". Por su parte, Compromís, que se abstuvo, consideró el decreto ley como "un parche" que responde a la "improvisación".

Por otra parte, el sindicato CC OO-PV denunció ayer que el Consell está bloqueando el programa de formación ocupacional (llamado Formación Profesional para el Empleo). Programa para el que el Gobierno ha transferido 73 millones de euros. El sindicato explicó que el número de trabajadores que este año han solicitado esta formación dirigida preferentemente a desempleados se ha triplicado. En este contexto, lamenta que como pronto los cursos podrán arrancar en mayo (habitualmente empezaban en abril). CC OO consideró una "irresponsabilidad" la actitud de la Generalitat y le urgió a desbloquear el programa.