El oráculo también hace tonterías
Los resultados del fondo de Warren Buffet se desplomaron el año pasado
Los bolsillos del hombre más rico del mundo también sufren con la crisis financiera. Cada año por estas fechas, Warren Buffett cuelga en su austero portal en Internet la carta dirigida a los accionistas de Berkshire Hathaway -el fondo en el que ejerce como presidente-, en la que explica cómo fueron las cosas. Y saca también su bola de cristal, para adivinar lo que está por venir. Buffet hizo todo eso ayer mismo. En ambos casos, la cosa pinta mal, mucho peor de lo que aventuró hace tan sólo un año.
Buffett, conocido en todo el mundo como el oráculo de Omaha por su sensacional historial de éxito en Wall Street, reconoce ahora abiertamente que durante 2008 hizo "algunas cosas estúpidas" con las inversiones que maneja su poderoso brazo financiero, el fondo Berkshire Hathaway. Los números le delatan: su compañía logró salvar los números rojos por los pelos. El beneficio neto del fondo de inversión cayó un 96% en el cuarto trimestre respecto al año anterior, hasta los 117 millones de dólares (poco más de 90 millones de euros). Minucias para un rey Midas cuyas inversiones suelen deslumbrar.
Berkshire Hathaway ganó 90 millones en el último trimestre, una caída del 96%
"Me equivoqué de lleno", dice sobre sus inversiones en el sector petrolero
Su gran error, como explica en la misiva, fue comprar una gran participación de la petrolera ConocoPhillips cuando el precio de la energía estaba a punto de alcanzar su máximo, el pasado julio. "De ninguna manera anticipé la brusca caída de precios que sucedió la segunda mitad de 2008". El precio del barril ha pasado de rozar los 150 dólares a cotizar en torno a los 40. "Me equivoqué de lleno", lamenta. Buffett predice que el petróleo retomará la senda alcista y superará el listón de los 50 dólares, aún muy por debajo de lo que se pagaba en verano, lo que le supondrá unas pérdidas para sus inversores "de varios miles de millones". Pero el financiero encaja el golpe con deportividad: "En un partido de tenis, mis fallos podrían considerarse errores no forzados".
No es el único tropiezo. El magnate lamenta haber vendido algunas acciones que le hubiera gustado mantener. Pero tal vez el mayor error fuera una inversión de 244 millones en dos bancos irlandeses, que han perdido un 89% de su valor bursátil. Y siguen cayendo. Hace unos años, Buffett dijo que la banca se metió en inversiones más que dudosas durante los años de excesos que provocaron la crisis actual. "Tras retirarse la marea se ha visto que algunos nadaban desnudos", dijo. Ahora aparece como una víctima más de su propia metáfora.
El oráculo, de 78 años de edad, no parece mostrarse muy preocupado por "la caída significativa" de la cartera de inversiones de Berkshire. Quizá porque el fondo dispone de suficiente efectivo para reforzar su posición en esas y otras compañías. Y entre las cosas positivas, destaca las operaciones de compra en General Electric, el banco Goldman Sachs -que le llevó a ser considerado como en los mercados como "inversor de último recurso", a la manera del Gobierno, en plena debacle del sector financiero- y el grupo de alimentación William Wrigley.
En el conjunto del año pasado, el beneficio neto para Berkshire fue de 4.990 millones, frente a 13.210 millones en 2007. La caída, superior al 60%, se explica por el pobre resultado de las aseguradoras -como Swiss Re- que tiene en cartera, y por el batacazo en las cotizaciones de Coca-Cola y American Express, además de Conoco.
El año 2008 fue el peor de Berkshire Hathaway en las más de cuatro décadas que Buffett lleva al mando. El valor de sus activos cayó un 9,6% en el conjunto del año, hasta los 11.500 millones de dólares (poco más de 9.000 millones de euros). El único retroceso hasta ahora se produjo tras el estallido de la burbuja tecnológica, en 2001, con una caída del 6,2%.
Hace sólo un año auguró que la crisis había tocado fondo y se fue de gira por Europa buscando oportunidades para invertir. Pasó incluso por Madrid, donde se reunió con varias compañías familiares. Su optimismo estaba injustificado: apenas ha invertido en Europa, al menos por ahora, y la luz al final del túnel sigue lejos de aparecer, tanto en la economía como en los mercados y en el sector financiero. Sus perspectivas para 2009 son pesimistas: el año será "malo" y quizá la economía siga así "bastante más tiempo". Buffett se muestra incapaz de vislumbrar si la Bolsa subirá o si aún bajará más. Como casi todo el mundo.
"Los inversores de todas las estirpes están ensangrentados y confusos, como si fueran pequeños pájaros en medio de un partido de bádminton", dice el oráculo en su carta, reflejando el estado de ánimo que desde final de año se vive en el parqué. A pesar de tanta negatividad, el rendimiento obtenido por su vehículo de inversión es mucho mejor que el de la media del índice Standard & Poor's, cuya cartera perdió un 27,4% el año pasado. En la misma carta se declara "optimista" y se muestra "confiado" en que los días de "la mejor América" están por llegar, en un mensaje que recuerda a algunos discursos del nuevo presidente norteamericano, Barack Obama.
No es casualidad: Buffett fue uno de los asesores de Obama durante la campaña. Y en términos financieros, ofrece una señal parecida: reitera que momentos como éste, con el mercado está por los suelos, suponen una gran oportunidad para invertir en valores de buena calidad. En un tono sencillo y directo, concluye diciendo que "nos guste o no", en esta crisis "todos estamos en el mismo barco": Wall Street (el mundo financiero), Main Street (el público en general) o las calles adyacentes. Y defiende la acción decidida que emprendió el pasado año el Gobierno de Estados Unidos para evitar un colapso total del sistema financiero: "No hay que olvidar que afrontamos peores suplicios en el pasado, y vencimos".
Las perlas
- DIOS Y EL DINERO. "Confiamos en Dios. El resto, que pague con dinero". Buffett asegura que desde hace años ese es el mantra del que de verdad se fía. La primera parte la frase aparece en los billetes y monedas estadounidenses. El resto, cosecha propia.
- TENIS Y BÁDMINTON. Con un lenguaje directo, las cartas de Buffet a los accionistas suelen contener metáforas ocurrentes. En la de este año (algo más extensa que la mayoría) destacan un par de metáforas deportivas. "En un partido de tenis, mis fallos podrían considerarse errores no forzados", dice en referencia a sus inversiones. Y sobre los últimos 20 meses de infarto en los mercados bursátiles: "Los inversores de todas las estirpes están sangrientos y confusos, como si fueran pequeños pájaros en medio de un partido de bádminton".
- EL ORÁCULO NUDISTA. El desplome bursátil deja grandes oportunidades. Buffet lo dice a su manera: "Nos sentimos como mosquitos en medio de una playa nudista. Vemos dianas jugosas por todas partes".
- LOS CULPABLES. "Los derivados son peligrosos", ataca. Las pérdidas en los activos relacionados con el mercado de la vivienda tienen, a su juicio, un responsable: "Los modelos usados por los hombres de negocios, las agencias de calificación y los inversores eran defectuosos".
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