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Las dos poblaciones de osos se buscan

Los científicos descubren el paso de cuatro ejemplares entre los dos grupos del norte, aislados desde hace 50 años

Las dos poblaciones de oso pardo cantábrico que quedan están más cerca entre sí de lo que se creía. Los últimos dos años, los genetistas del departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo han descubierto que al menos cuatro ejemplares se han movido entre una y otra población, según fuentes próximas a la investigación. Tras analizar heces y pelos hallados por el campo, el ADN ha revelado que tres machos han pasado de la población occidental (la más poblada, 75-100 ejemplares) a la oriental (25-30 animales) y uno hizo el camino contrario.

En 2006, los científicos detectaron por primera vez un "salto entre las dos poblaciones". Al oso lo bautizaron como El Emigrante, porque pensaron que era un hecho aislado. Las barreras entre los dos grupos (en especial la autovía A-66, que parte la cordillera y en la que el pasado 28 de octubre falleció atropellada por un camión una cría de oso) parecían demasiado grandes para ser evitadas. Entre la población asturiana y la de Palencia hay un corredor de unos 50 kilómetros salpicado de infraestructuras.

Sin embargo, un informe científico de diciembre pasado enviado al Principado de Asturias y a la Junta de Castilla y León revela que los movimientos son más frecuentes. El informe muestra que algunos ejemplares han encontrado un camino pese a las múltiples barreras que separan los dos núcleos. El Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Oso Pardo trabajan en la recuperación del corredor, considerado esencial para evitar el aislamiento genético de las poblaciones, para lo cual invertirán 1,5 millones de euros. Los estudios apuntan que los dos grupos llevan 10 generaciones (entre 50 y 75 años) separados.

Los científicos consideran que el cruce entre las dos poblaciones es esencial para evitar la pérdida de diversidad genética. Por el momento no hay pruebas de que se hayan cruzado ambas poblaciones, pero ya no es descartable. La población de oso cantábrico comenzó a crecer en los años noventa. En los últimos 10 años, el número de osas con crías censadas se ha duplicado.

En España es especialmente complicado conocer los movimientos de los osos, ya que la cantábrica debe ser de las pocas poblaciones sin ejemplares marcados para seguirlos por satélite. Hace una década los científicos pusieron un marcador a un oso, con el que seguían a toda su familia. El oso murió accidentalmente, pero se armó tal revuelo que no se pudo volver a capturar uno para implantarle un chip.

El oso cantábrico es el único autóctono viable en España. En el Pirineo hay osos traídos de Eslovenia, ya que un cazador francés abatió el 1 de noviembre de 2004 a la última osa autóctona, Canelle.

Los osos cantábricos son difíciles de seguir porque no están marcados para vigilarlos por satélite.
Los osos cantábricos son difíciles de seguir porque no están marcados para vigilarlos por satélite.

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