Un peligro que refuerza un sector

Sostiene el presidente de EADS, Louis Gallois, en la entrevista publicada el viernes en EL PAÍS, que no peligra ningún puesto de trabajo del grupo en España por la integración de MTAD (la antigua CASA) en Airbus, la principal división del consorcio aeronáutico. Ése es el mensaje verdaderamente importante en estos momentos de zozobra generalizada para una empresa que da trabajo a casi 9.000 empleados en sus plantas de Madrid y Andalucía, y de cuya pervivencia dependen poblaciones enteras como Getafe, que lleva dibujados los aviones en su escudo como otras llevan árboles, osos o coronas. Y es también importante porque despeja el futuro y asegura la autonomía de la industria aeronáutica española en ese proceso de integración europea que lleva años de conformación para competir con

Boeing. Pero también lleva años de conflictos de poder por la bicefalia Francia-Alemania que inevitablemente salpican a España, tercero en discordia y con muy poco margen de maniobra.

Precisamente otro estallido ha hecho estallar una nueva crisis en España. Se trata de la prevista destitución del presidente de la división española de MTAD, Carlos Suárez, quien se ha sentido engañado y ninguneado por el presidente de Airbus, el alemán Tom Enders. Suárez hizo ver su malestar a Enders y Gallois por haberse cambiado algunos términos de la integración de MTAD en Airbus. La solución fue apartarlo de la cabeza de MTAD y sustituirlo por otro español con experiencia reconocida en el grupo como Domingo Ureña, uno de los artífices del plan de reestructuración denominado Power 8 que se puso en marcha hace dos años. El propio Gallois le comunicó el relevo a Suárez el pasado día de 12 de febrero, tras una visita en Madrid al ministro de Industria, Miguel Sebastián, y antes de tomar el avión de regreso a París.

Gallois se había trasladado a la capital de España para sentar algunos de los extremos de la integración de MTAD como división militar de Airbus con el nombre de Airbus Military. En el entorno del ministro se asegura que en la reunión no se habló en ningún momento de la destitución de Suárez. Por eso, cuando el miércoles trascendió que la comisión de nombramientos y retribuciones de EADS iba a abordar ese mismo día el cambio de Suárez por Ureña, el ministro montó en cólera y logró frenar la decisión. Según fuentes conocedoras de la operación, sólo temporalmente. En la citada entrevista, Gallois es lo suficientemente diplomático: "Hoy por hoy, el consejo no ha tomado ninguna decisión y si Carlos Suárez tuviera que dejar el cargo, yo le ofrecería otro en EADS conforme a la estima que le tengo". Pero el asunto se abordará en la reunión que el Consejo de Administración de EADS celebra a final de esta semana, y a estas alturas se da por hecho el relevo por Ureña, salvo sorpresa.

Precisamente, más allá de nombramientos, lo que realmente importa es haber aprovechado la crisis para defender los intereses de la industria aeronáutica nacional y salir fortalecidos en el futuro del consorcio. Ahora se tienen más garantías de que la división española tendrá su perfil propio dentro de Airbus y no saldrá debilitada frente al poder de franceses y alemanes.

Pero quedan asuntos pendientes. Por un lado, elevar la presencia en la fabricación de los aparatos, no sólo los militares, aprovechando el desarrollo de tecnología puntera. España apenas supera el 7,5% en la fabricación y aspira a alcanzar el 15%, que es el porcentaje de compras que hace. Asimismo, pretende elevar su participación accionarial, ahora limitada al 5,5%, frente al 22,5% que tienen Francia y Alemania, que tienen el dominio absoluto en el Consejo de Administración de EADS, con cinco representantes cada uno. España sólo cuenta con un miembro en ese órgano, el ex ministro de Industria socialista Juan Manuel Eguiagaray.

Precisamente, Eguiagaray participó en la reunión que mantuvo Enrique Martínez Robles, presidente de la SEPI, con los sindicatos el jueves para asegurar que se mantiene el proceso de integración de MTAD en Airbus, tal como se decidió el 12 de diciembre pasado, y que, según los propios sindicatos, refuerza la posición de España en el grupo aeronáutico.