Íntimo e impersonal
En Álvaro Pombo la poesía es anterior a la narrativa. Publicó su primer libro de poemas, Protocolos, en 1973, cuatro años antes que Relatos sobre la falta de sustancia. A aquel poemario le siguieron Variaciones (1977), Hacia una constitución poética del año en curso (1980) y Protocolos para una rehabilitación del firmamento (1992), recogidos por Lumen en 2004. Ya desde el título, Los enunciados protocolarios -es decir, las oraciones básicas que garantizan la universalidad de la ciencia libre de toda metafísica-, el libro se inscribe en la línea de los anteriores: una mezcla de intimidad y distancia. Lo primero, más acentuado ahora, lo da la perplejidad ante las cosas cotidianas: de la infancia al paisaje. Lo segundo viene dado por una escritura de indagación filosófica. Además puede leerse como un poema único. En este caso, un explícito poema de amor en el que la exaltación de otras ocasiones (presente aquí en Es mayo y ganará Barack Obama) se tiñe de elegía. Poeta de pensamiento, Pombo es un verso suelto en el panorama español. Generacionalmente, pertenecería a los novísimos. Esencialmente, a los poetas hímnicos, tan escasos entre nosotros, que Claudio Rodríguez. Así reza, en todos los sentidos, el espléndido poema que cierra el libro: "Ten piedad de los niños que se adentran adentro y no sabrán salir / ¿Y quién sabe salir? / ¿Es el río un camino o sólo el vertedero donde acaban los ojos de los patos salvajes? / Ten piedad de nosotros artífices del alma que no mentimos nunca / de la muerte pequeña del aura de la vida de los copiosos libros y los fríos ocasos / de nuestra juventud nuestra vejez ahora". -
Los enunciados protocolarios
Álvaro Pombo
Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2009
120 páginas. 13,50 euros
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