Historia de Sarajevo
Para muchos historiadores, el siglo XX terminó en 1992, con el sitio de Sarajevo, cuando la barbarie, en forma de limpieza étnica, volvió al corazón de Europa. Es un momento clave de nuestro tiempo al que nunca regresaremos suficientes veces. Gervasio Sánchez es un reportero persistente donde los haya: su trabajo sobre las víctimas de las minas antipersonas, por el que ha recibido el último Premio Ortega y Gasset, se ha prolongado a lo largo de los años. Fue el periodista español que más tiempo pasó en Sarajevo durante la guerra (1992-1995) y ahora, con la misma perseverancia de no permitir que las historias se acaben cuando algo tan caprichoso como la actualidad decide que terminen, ha regresado a la capital de Bosnia para reconstruir su presente a partir de su pasado.
Sarajevo 1992-2008.
Gervasio Sánchez.
Blume. Madrid, 2009. 88 páginas.
25 euros.
"Allí aprendí que la guerra no se puede contar", escribe Sánchez en el prólogo del libro que acompaña la exposición Sarajevo 1992-2008. "Por mucho que apures el bolígrafo, aguces el ingenio o encuentres la realidad, nunca conseguirás que el lector conciba la verdad de un conflicto armado. El horror es inimaginable para quien no lo haya vivido", prosigue. Sin embargo, su trabajo en Sarajevo se acerca bastante porque nos muestra cómo la guerra deja en la gente heridas que nunca se borran, pero también porque nos enseña que las ciudades, los seres humanos, son capaces de sobrevivir al mal, nos muestra cómo la normalida libro de Gervasio Sánchez es una obra que va mucho más allá de Bosnia, es un trabajo que se abre a todas las guerras, a todas las muertes.
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