ETA avisó del atentado con un móvil comprado pocos días antes en Madrid
Rubalcaba ve poco "verosímil" que haya un 'comando' estable en la capital
La posible presencia de un comando estable de ETA o de una cierta infraestructura de la banda en Madrid es por ahora sólo una hipótesis de los servicios antiterroristas, aunque "no la más verosímil", en palabras del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero hay un dato que apunta claramente a que la banda "tiene algo en Madrid", es decir, un estrecho colaborador y algún tipo de escondite. El teléfono móvil con tarjeta prepago con el que los terroristas avisaron del atentado del lunes pasado en el Campo de las Naciones fue comprado unos días antes del ataque en una tienda de telefonía de la capital, según fuentes de la lucha antiterrorista.
El que ETA haya podido recomponer su estructura en Madrid es uno de los grandes temores que surge entre los investigadores cada vez que la banda atenta en la capital. De momento, no hay constancia de ello, según explican los servicios antiterroristas. Rubalcaba fue ayer más explícito: "La Policía maneja como hipótesis el que ETA pudiera tener algún tipo de infraestructura estable en Madrid. Lo que pasa es que ésta no es la hipótesis más verosímil, porque no tenemos datos que la avale".
Los etarras montaron el coche bomba en la sierra de Madrid
La mecánica del atentado fue prácticamente idéntica a la que ETA empleó para el ataque de 2005 en el Campo de las Naciones, y en otro anterior, de abril de 2002, también en Madrid. En los tres casos, los terroristas robaron el coche horas antes del ataque en la periferia de la capital y fueron a tiro hecho a por ellos. Es decir, alguien les había señalado dónde estaban los vehículos que necesitaban robar, por lo que los autores no tuvieron que invertir tiempo en buscarlos.
Éste es el motivo por el que los investigadores están convencidos de que ETA tiene en Madrid uno o varios colaboradores que facilitan información a los comandos para atentar. Incluso están persuadidos de que cuenta en algún lugar de la Comunidad de Madrid con un escondite donde poder guardar explosivos y donde le resultaría fácil, o al menos discreto, montar un coche bomba. A falta de los análisis periciales finales, todo indica que el explosivo utilizado en el último atentado es cloratita algo deteriorada. El mismo explosivo que empleó en el atentado de 2005.
La llamada de aviso del lunes fue efectuada desde la carretera de Madrid a Barcelona, muy cerca del lugar del estallido, lo que indicaría que, como en 2005, los terroristas habrían permanecido en Madrid escondidos en algún lugar que consideran seguro. Con exactamente estos mimbres de investigación, los servicios antiterroristas concluyeron en 2005 que ETA no tenía comando en Madrid, sino que la acción terrorista había sido obra de un grupo itinerante. La tesis se confirmó con el atentado contra la T-4 del aeropuerto de Barajas, el 30 de diciembre de 2006, obra de un comando de la banda enviado desde Francia con órdenes directas de la cúpula etarra.
Por otro lado, los presuntos etarras Mikel Uzkudun, David Urdin e Iker Aristu serán puestos en libertad en las próximas horas tras depositar sus respectivas fianzas, según ha informado la organización Askatasuna a la agencia Vasco Press. Los tres han depositado una fianza total de 34.000 euros.
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