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Columna
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300 euros

Lo más sorprendente del debate en torno a la broma de Wyoming al canal Intereconomía es que no se ha centrado en uno de los aspectos que más llaman la atención del vídeo: la situación de un becario que cobra 300 euros al mes. Por si no lo sabían, esa parte de la broma es real, es decir, hay gente trabajando en televisión por ese dinero al mes. Es la única parte del vídeo que no está sobreactuada. No quiero decir que la becaria del vídeo en concreto cobre esa cantidad sino que esos sueldos existen en los medios de comunicación de España.Por ello, esos mismos medios prefieren enfocar la discusión hacia la ética periodística, lo que es mucho menos espinoso y, a mi entender, mucho menos interesante. Los únicos dilemas de ética periodística que tengo se me presentan muy de vez en cuando y siempre están relacionados con escribir esta columna. Consisten en aprovecharme de una tribuna pública para quejarme de los abusos padecidos por parte de grandes empresas. Cuando Vueling me pierde la maleta y no me indemnizan o cuando Iberdrola me corta la luz a pesar de tener pagados mis recibos, tengo unas ganas terribles de convertir estos párrafos en una furibunda queja contra ellos. Pero como sé que mis conflictos particulares no son noticia, me callo... Bueno, es cierto que ahora mismo he mencionado de pasada las dos últimas tropelías contra mi persona, pero Boyero ha dedicado la mitad de su crónica sobre la Berlinale a poner a parir a Iberia, así que me he lanzado.

Esa parte de la broma de Wyoming es real: hay becarios que cobran eso

Pero volvamos al tema de los becarios, que son los asistentes mudos a este debate entre grupos de comunicación de ideologías contrarias que se enzarzan a la mínima en broncas por vídeos de Internet, espías, fotos de portavoces de grupos parlamentarios o ropa de ministras. Es decir, cosas que sólo les interesan a ellos mismos y que al resto de la humanidad nos la refanfinfla. Como saben, los periódicos, televisiones y radios jamás están de acuerdo en ningún tema salvo en contratar a jóvenes y no tan jóvenes para trabajar por un sueldo ínfimo. En el vídeo de Wyoming eran 300 euros, pero pueden ser 400, 600 u 800 euros mensuales los que cobra un becario en un medio de comunicación. Y no hablamos de universitarios que hacen prácticas mientras acaban la carrera y así se sacan unas perras para irse de botellón, sino de gente cuya subsistencia depende únicamente de ese sueldo. Y eso lo hacen los medios conservadores y los progresistas.

Tuve un jefe que llamaba a los becarios "precarios". Y más allá de la estupidez del juego de palabras, tenía razón: por el becario se siente pena pero también algo de desprecio. Muchas veces cumple la función de chivo expiatorio, se le tiene por un elemento torpe y lento, de escasa confianza. Considerarlo así quizás alivia la conciencia de quienes le pagan un sueldo miserable. Eso pasa en el sector que conozco, el de la tele, pero imagino que sucede en el resto de profesiones, sean contables, abogados o electricistas. ¿Me equivoco?

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