Las rivales de Spanair piden juego limpio tras la venta de la aerolínea

El cambio de dueños de Spanair (del grupo escandinavo SAS), un conglomerado de instituciones, administraciones públicas y empresarios privados catalanes agrupados en la sociedad Iniciatives Empresarials Aeronàutiques (IEASA), ha levantado ampollas entre sus competidores. Y es que las compañías aéreas han pasado de dar por prácticamente muerto a un rival, a vérselas de nuevo con él y con su respaldo público.

Air Berlin fue la primera aerolínea en disparar al considerar "cuestionable" la entrada de capital público una vez superada la privatización de Iberia. Ayer habló la aludida. El presidente de la antigua aerolínea de bandera, Fernando Conte, señaló que le producen una "profunda preocupación" las operaciones de rescate por parte de las administraciones públicas de "aerolíneas sin viabilidad", y citó el caso de Alitalia, informa Lara Otero. Al tiempo, consideró "mucho cante" que los impuestos de los ciudadanos de los países nórdicos (cuyos estados son accionistas de SAS) hayan servido durante años para mantener una empresa deficitaria en el sur de Europa como es Spanair.

También subrayó que la apuesta económica de su grupo por Barcelona es superior a la del resto. Fuentes de Vueling, que se reivindica como la aerolínea de Barcelona tras la fusión con Clickair, creen que "sólo hay que estar vigilante para que se haga un buen uso de los recursos públicos, no haya favoritismos en adelante y no se rompa la neutralidad de las administraciones".

Air Europa no ve problemas porque la entrada de capital público es "indirecta" y se muestra confiada en que la competencia se seguirá moviendo a partir de ahora "en los patrones habituales". El peso del capital público en la nueva Spanair será, efectivamente, indirecto, a través del 27% que el Ayuntamiento y la Generalitat tienen en Catalana d'Iniciatives, y de su presencia en Turismo de Barcelona. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el Gobierno catalán han dejado claro su apoyo a la operación, que llega tras el repliegue de Iberia en El Prat.

Catalana d'Iniciatives declinó pronunciarse sobre los recelos que la nueva Spanair suscita.

Pero los políticos sí hablan. Mientras Mariano Rajoy, líder del PP, considera que el capital público debe retirarse de Spanair cuando ésta "se recupere", el presidente de ERC en Barcelona, Jordi Portabella, pide que Spanair cambie de nombre para que la aerolínea "se identifique más con el territorio". Portabella no tendrá suerte. Sus nuevos propietarios piensan conservar la marca Spanair.

El vicepresidente de Catalana de Iniciatives, Rafael Suñol, participó ayer en una reunión en Palma con representantes del comité de empresa de la aerolínea, a los que detalló las líneas generales de sus planes corporativos, informa Andreu Manresa.

Los portavoces sindicales se mostraron "confiados" tras las manifestaciones de Suñol sobre la voluntad de impulsar la compañía y de mantener en buena parte la actividad laboral en Palma, con unos 600 empleados. "Es algo que se intenta consolidar e incluso ampliar", señaló Jordi Mauri, presidente del comité de empresa.

Algunas entidades de comerciantes y restauradores catalanes también asomaron ayer en la operación y reconocieron que están interesados en entrar en el nuevo accionariado de Spanair y se han ofrecido a los nuevos propietarios de la aerolínea a buscar una fórmula para contribuir con pequeñas aportaciones. Esto podría hacerse mediante la emisión de bonos convertibles en acciones, pero ninguna de las fuentes próximas a la operación señaló que exista plan alguno en este sentido.