Día negro en el transporte público
Un tren se incendia antes de Gavà y origina retrasos en Cercanías - La línea 3 del metro estuvo cinco horas cortada - TMB dice que es culpa de la Generalitat, que lo niega - Los pasajeros de la línea de Girona se amotinan
El primer día laborable con el servicio de la C-2 (Massanet, Granollers, Barcelona, Vilanova, Sant Vicenç) dividido en dos partes (norte y sur) para evitar incidencias se saldó con un tren quemado, las dos ramas de la C-2 sin servicio, un motín en un convoy de Media Distancia Girona-Barcelona y la línea 3 del metro cortada durante casi seis horas entre Vall d'Hebron y Diagonal. Peor es posible, pero resulta difícil sin ponerse a ello con ahínco.
Renfe vivió los incidentes como una catástrofe y su presidente, José Salgueiro, se plantó en Barcelona ayer mismo para dar explicaciones a los usuarios y pedir disculpas por los problemas ocasionados a casi 20.000 pasajeros. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) se limitó a poner 15 autobuses e informar en el interior de las estaciones. Ni siquiera reforzó (como sí hizo Renfe) el servicio de información al cliente.
- Avería en el metro. TMB sostiene que los afectados por sus casi seis horas de corte (una avería de 10 minutos a las 8.00 y la otra de 9.35 a 14.40) afectó a menos gente que la de Renfe, que duró 93 minutos. TMB disparó, además, contra Política Territorial, al emitir una nota en la que sugería que la avería del metro se debía a obras realizadas en la plaza de Lesseps por la empresa pública GISA, que dirige el ex presidente de TMB, Xavier Casas. Un portavoz de Política Territorial sostuvo ayer que no había nadie realizando obras en el lugar de la avería a la hora en que se produjo.
- Incendio junto a Gavà. Mientras metro optaba por cortinas de humo, Renfe se dedicaba a dar todos los datos que se le pidieron e incluso más: la avería se produjo en un tren salido de Barcelona con destino Reus a las 7.50 horas, al incendiarse un equipo con multicableado, lo que produjo una fuerte humareda. Se decidió que el tren, que llevaba 90 pasajeros, fuera empujado hasta Gavà por un Cercanías que iba detrás, con 310 pasajeros. No pudo ser porque el primero tenía también bloqueado el sistema de frenos.
Hasta las 8.26 horas los trenes circularon por vía única, dando prioridad a los que entraban a Barcelona. A esa hora, los bomberos exigieron el corte de la corriente y hubo que suspender el servicio, que afectó a 9.855 viajeros de la línea C-2 sur (la de Vilanova); 875 pasajeros que iban hacia el aeropuerto y 4.595 de la C-2 norte (que llega a Granollers y Massanet y que ahora tiene el final en el aeropuerto): Total: 85 trenes de Cercanías; 66 con retraso y 19 suprimidos. También quedaron afectados 13 trenes de media distancia, con 2.733 pasajeros y tres de largo recorrido, con 310 viajeros. El tren incendiado había sido revisado los días 12 y 28 de enero y, aunque tenía 27 años, fue reformado por completo en 2000. Iba a ser sustituido este año.
- Motín en Sant Celoni. Si en Cercanías se produjo un accidente, en la línea de Figueres y Girona lo que hubo fue un motín en toda regla. Los usuarios de esta línea están más que hartos de lo que consideran un pésimo servicio, agravado por unas obras (las del AVE) que prolongan el tiempo del trayecto. Como todos se conocen porque coinciden cada día, decidieron plantarse: hasta que se les haga caso no enseñarán el billete al interventor. Eso afecta a los primeros trenes de la mañana con salida de Figueres a las 6.02, las 6.57, las 7.28 y las 8.32 horas. Ayer, una interventora entró en el vagón y, a las 7.06 horas, los 60 pasajeros se negaron a mostrar el billete. La interventora cumplió el protocolo: en la primera parada (Sant Celoni) "invitó a los pasajeros a abandonar el convoy", explicó Javier Pérez Sanz, director de Cercanías. Como no le hicieron caso, avisó a seguridad y a los Mossos d'Esquadra. El tren estuvo parado 40 minutos. "Hasta que se impuso la razón y el tren retomó la marcha", explicó Albert Orriols, pasajero y miembro de la plataforma que han formado los usuarios de la línea.
Renfe ha invitado a la plataforma a dialogar y ha citado a sus representantes para el próximo jueves para hablar de las quejas. Son claras: el tren tarda hora y media desde Girona a Barcelona, cuando antes tardaba sólo una hora; en cambio, se ha subido el precio el 7% en enero. Los abonos duraban tres meses y ahora uno; las máquinas de Girona no aceptan tarjetas; los convoyes son viejos, incómodos y van más que llenos; para colmo, en verano, cuando aumenta el pasaje con maletas, se reduce el servicio. Renfe sostiene que el futuro será una maravilla. Ellos quieren que el presente no sea un desastre.
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