Las máscaras del antihéroe
Sería presuntuoso generalizar sobre lo que ha dado en llamarse la "nueva ola" del cine argentino, entre otras cosas por el parcial conocimiento de dicha cinematografía que los azares (o las estrategias de supervivencia) de la distribución propician. Con todo, El otro -y sus posibles sintonías con los últimos trabajos de Lucrecia Martel o Pablo Trapero- permite aventurar, con excusable margen de error, que las señas de identidad de dicho relevo generacional podrían estar en el desplazamiento de una mirada social hacia lo subjetivo, en la definitiva superación de los peligros del sentimentalismo (y la cursilería) y en la búsqueda de una ambiciosa expresión formal que funcione como segunda piel para los desafíos de un relato que, a menudo, flirtea con lo inexpresable.
EL OTRO
Dirección: Ariel Rotter.
Intérpretes: Julio Chávez, Inés Molina, Osvaldo Bonet, María Onetto, María Ucedo.
Género: drama. Argentina, 2007.
Duración: 83 minutos.
Segundo largometraje de Ariel Rotter -otro cineasta formado en la publicidad que se revela poseedor de una mirada radical y puramente cinematográfica-, El otro narra la deriva de un individuo en presumible crisis de mediana edad -un intenso Julio Chávez, con su físico a medio camino entre Sancho Gracia y Emilio Gutiérrez Caba-, que, en el curso de un viaje profesional, decide escapar de sí mismo a través de una sucesión de máscaras efímeras. Si en Sólo por hoy (2001), su ópera prima, Rotter diseccionaba la idea de grupo como enjambre de desconexiones, aquí su mirada se centra en el individuo y sus desvelos ante la imposibilidad (y los peligros) de conjugarse en plural. No es una película fácil, pero la presencia de Chávez logra exorcizar los demonios del tedio y el hermetismo.
Babelia
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