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Reportaje:

Las Williams celebran a Obama

Las tenistas confían en que acaben las barreras raciales en el deporte

Ni siquiera los testigos de Jehová, que no pueden votar ni interesarse por la política, se escapan al efecto Barack Obama. Ni siquiera los tenistas, encerrados en el exclusivísimo hotel Crown Towers, de Melbourne, en el que tienen casino, restaurantes o pistas de entrenamiento en la azotea, son sordos a la ola del cambio. Ni siquiera las hermanas Williams, Serena y Venus, testigos de Jehová, negras y multimillonarias, han podido evitar soñar con que la elección del primer presidente negro de Estados Unidos acabe por derribar las últimas barreras de color en el deporte de su país, que fue motor del cambio social en el siglo XX y todavía hoy necesita reglas para no seguir discriminando.

En la NFL hay que entrevistar a un negro cuando el puesto de técnico está vacante
La Nascar ha lanzado programas de apoyo a pilotos negros y latinos

"Vivimos un momento increíble para la historia", explicó Serena, ex número uno mundial; "vi la investidura de Obama. Me miré el brazo y tenía los pelos de punta. Soy una gran seguidora de la historia afroamericana. Quiero comprender mis raíces. Miro todas las cosas por las que hemos pasado... Creo que Venus y yo hemos abierto muchas puertas. Soy testigo de Jehová y debo ser neutral, no implicarme en problemas de este mundo. Siendo negra, sin embargo, estaría ciega si no me interesara Obama".

Las hermanas Williams, que amenazan con volver a conquistar Melbourne, llevan siete años sin jugar el macrotorneo de Indian Wells. Ocurrió en 2001. El público abucheó a Serena cuando se retiró de la semifinal que disputaba contra Venus. Hubo quien vio gato encerrado y quien sintió en los gritos una ofensa racista. "Los blancos de Indian Wells, finalmente, lo han dicho: 'Negratas, permanecer lejos de aquí. No os queremos", dijo Richard Williams, el padre de las tenistas, quien deslizó: "Es lo peor que he visto desde que asesinaron a Martin Luther King".

Estados Unidos celebra hoy héroes deportivos de todos los colores y en todas las disciplinas. La barrera del color, sin embargo, sigue vigente en algunos deportes. La Liga de Fútbol Americano tuvo que imponer en 2003 la Regla Rooney para que todos los equipos entrevistasen al menos a un candidato de una minoría racial cuando el puesto de entrenador queda vacante. El efecto fue inmediato: los Leones de Detroit fueron multados con 200.000 dólares y el porcentaje de técnicos negros en la Liga subió del 6% al 22%.

Tanto éxito ha tenido la iniciativa que la NCAA, la agrupación de Ligas universitarias, ha acabado en el punto de mira: los entrenadores negros son estadísticamente insignificantes. Incluso la fórmula Nascar, que compite con la fórmula 1 en el automovilismo, ha tenido que dar pasos en ese sentido. Primero fue el programa Drive for Diversity, que apoya como pilotos a las mujeres, los negros y los latinos. Luego, la celebración del mes de la historia negra en un deporte con sabor a rifle y abundante presencia entre el público de la bandera confederada.

"Mis padres crecieron en el sur", recordó Venus; "es bonito ver diversidad. Hemos tenido una larga historia de disputas raciales". Habla Venus y sus palabras remiten a los tiempos en los que el deporte sirvió de palanca para el cambio.

El atleta Jessie Owens se enfrentó a la propaganda aria ante las narices de Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Jackie Robinson se las vio con el público -"vuelve a la plantación de algodón!"- para ser el primer negro del béisbol en 1947. Y Althea Gibson, sobre la que Venus quiere hacer una película, ganó el primer título grande negro en el tenis femenino (1956).

Por haber, hubo hasta un campeón que prefirió perder su medalla antes que seguir siendo insultado. El boxeador Muhammad Ali, de origen Cassius Clay, intentó entrar en un restaurante y no le dejaron. Era y sigue siendo negro. El garito, sólo para los blancos. Reaccionó lanzando al río Ohio la medalla de oro que había ganado en los Juegos de Roma 1960.

Hoy, Obama lidera el cambio.

RESULTADOS (2ª ronda)

Hombres: N. Djokovic (Ser., cabeza de serie número 3)-J. Chardy (Fra.): 7-5, 6-1 y 6-3. R. Federer (Sui., 2)-E. Korolev (Rus.): 6-2, 6-3 y 6-1. Yen-Hsun Lu (Taip.)-D. Nalbandian (Arg., 10): 6-4, 5-7, 4-6, 6-4 y 6-2. M. Safin (Rus., 26)-G. García-López: 7-5, 6-2 y 6-2. M. Cilic (Cro., 19)-J. Tipsarevic (Ser.): 6-2, 6-3, 4-6 y 6-3. D. Ferrer (11)-D. Hrbaty (Eslvq.): 6-2, 6-2 y 6-1. S. Wawrinka (Sui., 15)-B. Klein (Aus.): 6-3, 6-4 y 6-4. T. Robredo (21)-V. Troicki (Ser.): 6-1, 6-3 y 6-0. J. M. del Potro (Arg., 8)-F. Mayer (Ale.): 6-1, 7-5 y 6-2. M. Baghdatis (Chip.)-R. Söderling (Sue., 16): 3-6, 7-5, 6-3 y 6-3. T. Berdych (R. Che., 20)-B. Dabul (Arg.): 6-1, 6-1 y 6-3. A. Roddick (EE UU, 7)-X. Malisse (Bél.): 4-6, 6-2, 7-6 (1) y 6-2.

Mujeres: C. Wozniacki (Din., 11)- V. Ruano: 6-3 y 6-3.

Serena y Venus Williams, tras la consecución de un tanto.
Serena y Venus Williams, tras la consecución de un tanto.EFE

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