Los barceloneses van más al teatro que al Camp Nou
La crisis no afecta aún al sector, según Daniel Martínez
El número de espectadores de teatro en la ciudad de Barcelona por temporada es ya superior al del público que acude al Camp Nou en el mismo periodo de tiempo para ver al Barça. Aún más: sumados los espectadores del FC Barcelona y el RCD Espanyol en sus respectivos campos, el número de ciudadanos que acuden a los teatros barceloneses continúa siendo mayor. Esta singular comparación la hizo ayer Daniel Martínez, presidente de Focus y de la Asociación de Empresas de Teatro de Cataluña (Adetca), durante la conferencia El teatro en Cataluña: una razón de peso, que leyó en Tribuna Ateneu.
Martínez calcula 60.000 espectadores por partido para el Barça, y le sale que, junto con los del Espanyol, la cosa no llega a los dos millones. La temporada pasada, sin embargo, los espectadores de los teatros barceloneses fueron 2,65 millones. Esa cifra, "la mejor de su historia", sitúa a Barcelona "en la primera división de las capitales culturales", superando incluso a una ciudad tan amante del teatro como Buenos Aires (2,5 millones).
Ante un público en el que figuraba una notable representación de las artes escénicas y acompañado en la mesa por Josep Maria Pou y Oriol Bohigas -presidente del Ateneu-, Martínez ofreció en su parlamento (volcado en varios pasajes hacia la prosopopeya) datos interesantísimos sobre el sector y opiniones de calado sobre su desarrollo. Dijo que de momento no hay indicios de que la crisis esté afectando: en los cuatro meses que se llevan de temporada no hay cambio en la tendencia de la pasada. "No hay bajada" del número de espectadores. El teatro, sintetizó, "va bien" en estos tiempos oscuros.
Y no sólo en Barcelona. Martínez hizo una estimación para toda Cataluña y calculó que el número de espectadores "no es menor de 3,6 millones". El conferenciante recalcó el sensacional avance del sector. Destacó la variedad, importancia y calidad de la oferta teatral, y el "ejemplar" statu quo que se ha conseguido entre teatro privado y público tras años de "competencia desleal" del segundo. El teatro, reflexionó, "debe convertirse en un objetivo estratégico de la política cultural" y se le ha de reconocer "su papel de sector productivo con un creciente aporte al PIB".
El conferenciante echó unas cuantas flores a su empresa, Focus. También, es cierto, a las salas alternativas y a Temporada Alta. Y soltó -si no, no hubiera sido Daniel Martínez- algunas pullas a sus fantasmas de siempre, como "las compañías históricas". Señaló que hay aún camino por recorrer, especialmente en la capacidad de la iniciativa privada de implicarse más en el sector. Al respecto apuntó que la crisis económica de los ayuntamientos puede invitar a una colaboración más estrecha con ellos. Reclamó la colaboración de los medios de comunicación -dijo que hay que "rectificar" la tendencia a la disminución de espacio dedicado al teatro en los diarios- y propuso la fusión de las dos asociaciones profesionales (Adetca y Ciatre).
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