Rusia y Ucrania cierran un pacto para reanudar el envío de gas a Europa
Moscú ofrece a Kiev una reducción del 20% del precio del suministro por un año
Las compañías Naftogaz de Ucrania y Gazprom de Rusia deberán firmar hoy el acuerdo al que llegaron la madrugada del sábado al domingo en Moscú los jefes de Gobierno Yulia Timoshenko y Vladímir Putin. El documento permitirá reanudar próximamente no sólo el tránsito hacia Europa del gas ruso por territorio ucranio, sino también los suministros a Kiev, que Moscú cortó el 1 de enero alegando impagos y desacuerdo en el precio del combustible.
Según explicó Putin, Ucrania pagará el precio comercial europeo por el gas, pero con un descuento del 20%, es decir, entre 360 y 370 dólares (272 y 280 euros) por 1.000 metros cúbicos. A cambio, Kiev mantendrá la tarifa del tránsito del combustible ruso vigente el año pasado, es decir, 1,6 dólares (1,2 euros) por 1.000 metros cúbicos de gas y 100 kilómetros de distancia.
"Ya hemos visto muchas falsas esperanzas en esta disputa", alertó la UE
Ya que el acuerdo supone pasar a la fórmula europea de pago por el gas, el precio tendrá que ser revisado cada trimestre, como se hace con los países comunitarios, lo que significa que irá bajando a lo largo del año, ya que depende del precio del petróleo. A partir del 1 de enero de 2010, Ucrania pagará como cualquier país europeo, sin descuento alguno, y a Rusia se le aplicará también la tarifa de tránsito de mercado, que es más o menos el doble de la actual.
Otro de los puntos fundamentales del nuevo acuerdo es la desaparición de la firma intermediaria RusUkrEnergo y el entendimiento directo entre Naftogaz y Gazprom. Los rusos siempre habían dicho que ellos estaban a favor de relaciones directas, pero que parte de la élite gobernante ucrania insistía en mantener la firma intermediaria, que no es transparente. Putin y Timoshenko no mencionaron la deuda de más de 400 millones de euros en cuya existencia insiste Gazprom pero que Kiev niega.
La Unión Europea aplaudió el acuerdo al que llegaron Putin y Timoshenko después de más de 10 horas de intensas negociaciones, pero se mostró cautelosa dada la experiencia que ya tiene con Rusia y Ucrania. "Ya hemos visto muchas falsas esperanzas en esta disputa", señaló Bruselas en un comunicado divulgado después del anuncio de que Kiev y Moscú habían llegado a un compromiso. Para la Comisión Europea, la prueba de que la guerra del gas ha terminado es sólo una: que el combustible ruso fluya realmente a través de Ucrania y llegue a los consumidores comunitarios.
Hay que tener presente que Putin y Timoshenko no firmaron ningún documento, pero incluso la firma de un acuerdo no es una garantía de que los suministros se reanudarán: el reciente acuerdo suscrito en la capital belga por ambos países más la Comisión Europea no logró hacer fluir el gas hasta los países de la UE. No es de extrañar, pues, la cautela de Bruselas, que subraya que, de momento, "la espera continúa para Europa".
Bruselas había advertido de que las negociaciones del fin de semana eran la "última oportunidad" que Rusia y Ucrania tenían para demostrar su credibilidad como suministradores de gas.
El gran peligro ahora es que nuevamente pesen más las rivalidades políticas existentes en el interior de Ucrania entre Timoshenko y el presidente, Víctor Yúshenko, y que el acuerdo sea torpedeado por el jefe de Estado. Esto no sería una novedad: ya sucedió a fines del año pasado, cuando la presidencia hizo imposible que se cumpliera el acuerdo al que habían llegado Timoshenko y Putin. Los políticos ucranios ya actúan en función de las próximas elecciones presidenciales, previstas para enero de 2010. Y prácticamente nadie duda de que en ellas competirá Timoshenko.
El entorno de Yúshenko se dedica a criticar y desprestigiar a la primera ministra, a quien ve como la principal rival para los comicios de 2010, aunque también es verdad que el presidente señaló esta vez que la posición de Timoshenko y la suya sobre el problema del gas coincidían plenamente.
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