El déficit público tardará al menos otros tres años en corregirse
Harán falta 2.000 millones de euros más para la prestación por desempleo
La crisis obliga a acometer planes de estímulo multimillonarios para facilitar el aterrizaje de la economía. Y los efectos secundarios de esos planes son los mismos en todo el mundo: aumento del déficit público y recurso a la deuda, que parecían haber desaparecido en la última larga etapa de bonanza en la economía internacional. La crisis española será probablemente más profunda que en otros países: el déficit también. El vicepresidente Pedro Solbes presentó ayer la actualización del Plan de Estabilidad 2008-2011, que entierra el superávit de la pasada legislatura al menos hasta 2012.
Los planes anticrisis ya elevaron el déficit por encima del listón del 3% del PIB el pasado año, pero el Ejecutivo calcula que el saldo negativo de las finanzas públicas alcanzará el 5,8% del PIB este año, para ir reduciéndose a razón de un punto por año en 2010 y 2011. "El deterioro es importante", reconoció Solbes, "pero se reconducirá y es necesario para suavizar el cambio brusco en el crecimiento económico".
Bruselas abrirá a España un procedimiento por superar el 3% del PIB
Rajoy acusa al Gobierno de "hipotecar el futuro de los españoles"
Todo suma: el fuerte repunte del paro obliga al Estado a desembolsar grandes cantidades de dinero en el seguro de desempleo. A los 19.000 millones presupuestados el pasado octubre, el Ejecutivo sumó 2.000 millones más para anticiparse al descalabro en el mercado de trabajo, pero Solbes anunció ayer que harán falta "al menos 2.000 millones más" para pagar la cobertura del paro.
Además, el Ejecutivo ha activado unos 90.000 millones de euros en apoyo a las familias, las empresas y en medidas de fomento del empleo que lastrarán las cuentas públicas el próximo año. A esas cifras hay que añadir las medidas para la banca, que comprenden avales y compra de activos.
Las rebajas fiscales permitieron reducir la presión fiscal (lo que pesan los ingresos impositivos en la riqueza de un país) del 41% al 37% en 2008, pero la presión fiscal volverá a subir en 2009, hasta el 37,5% del PIB.
Todo eso se recoge en el alza del déficit. Y más déficit supone más deuda: esa es una ecuación que no falla nunca. España cerró el pasado año con un endeudamiento público en torno al 40% del PIB, frente a una media superior al 60% en el conjunto de la eurozona. Pero el recurso de la deuda irá en aumento en los próximos años, hasta alcanzar el 54% del PIB en 2011. Ese año, según los vaticinios del Gobierno, la economía española recuperará su crecimiento potencial, y a partir de ahí el Ejecutivo "podrá apretar el acelerador" y reducir el déficit.
En cualquier caso, Solbes reconoció que Bruselas abrirá inevitablemente a España un procedimiento por déficit excesivo, ya que durante tres ejercicios su déficit previsto será superior al listón del 3% del PIB. Y apuntó el "claro compromiso del Ejecutivo" de limitar el incremento del gasto público por debajo del crecimiento de la economía.
Las previsiones de déficit en las finanzas públicas vienen a complicar un poco más la situación, tras una semana marcada por la amenaza de la agencia Standard & Poor's (S&P) de rebajar la calificación crediticia a España. S&P, que tiene que reunirse con el Ejecutivo en breve para tomar una resolución definitiva, cifró el déficit previsto en el 6% del PIB para este año, un dato muy próximo al que maneja el Gobierno.
"España no debe preocuparse por su déficit público, porque va a estar en excelente compañía: al menos media Europa está igual o peor", decía ayer Alfredo Pastor, del IESE, quitando hierro al deterioro de las cuentas públicas. El PP no opina lo mismo. Su líder, Mariano Rajoy, aseguró que la crisis es de tal calibre que "urge" un cambio en el área económica del Gobierno. En relación al déficit, Rajoy acusa al Ejecutivo de estar "gastando lo que no tiene, hipotecando el futuro de los españoles y endosándole a la tarjeta de crédito de los españoles los gastos de Zapatero".
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