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Entrevista:CLAUDIO BOADA | Presidente del Círculo de Empresarios

"Estamos abusando claramente de la contratación temporal"

Manuel V. Gómez

Preocupado por hablar de todos los problemas de la economía española, Claudio Boada, de 55 años, afronta esta dura crisis económica con una actitud exigente y crítica. Pese a ello, al presidente del club de las grandes empresas españolas, el Círculo de Empresarios, no deja de reconocer parte de responsabilidad empresarial en la crisis actual. "No tengo ninguna duda", afirma categórico. Sus recetas no son nuevas, ya en plena expansión reclamaba menor regulación, reducción de costes del despido o bajadas de impuestos; pero ahora, inmersos en la crisis, lo hace con más fuerza.

Pregunta. ¿Hasta cuándo va a durar la crisis?

Respuesta. Parece claro y quizá más a título personal que esto va a durar el año 2009 y seguramente en 2010. En mi opinión, la crisis internacional no ha dado origen a la nuestra, sino que ha reforzado la que nosotros ya veníamos larvando por el modelo de crecimiento. Hay que diferenciar dos aspectos: cuándo se va a normalizar la situación crediticia y va a fluir el dinero hacia las empresas y particulares; y cuándo va a mejorar nuestra situación de paro, que empeorará en los próximos meses, y además tenemos que digerir nuestra indigestión inmobiliaria.

"Quien ha destruido empleo en su empresa no puede cobrar 'bonus"
"La austeridad pública es básica, daría confianza al ciudadano"
"La regulación no es mala. Es necesaria para que el mercado funcione"
"Hay que reducir los costes de despido, acercarlos a los del resto de Europa"

P. ¿Y cómo se sale de la crisis?

R. Hay medidas coyunturales que se podrían tomar más rápidamente, y luego hay otras que nos parecen las verdaderamente importantes, medidas estructurales. Éstas atañen a la educación, al mercado de trabajo, a la liberalización del suelo y la vivienda, a la fiscalidad, a la energía y a la regulación asfixiante del país.

P. No ha demostrado esta crisis que la regulación sea mala.

R. No. La regulación no es mala. Para que un mercado funcione tiene que estar regulado y la ley se tiene que cumplir.

P. ¿A qué medidas coyunturales se refería?

R. A una reducción del impuesto de sociedades, especialmente para las pymes. Luego hay aspectos puntuales, como en el mercado laboral fomentar el trabajo a tiempo parcial.

P. El mercado laboral se ha deteriorado rápidamente en los últimos meses por su gran temporalidad, que lo hace flexible.

R. Ése es el quid de la cuestión. Estamos flexibilizando el mercado de trabajo de una forma totalmente improcedente. Como es rígido, aprovechamos lo que hay a mano para ser más competitivos, como los demás países. ¿Qué hacemos? Abusar claramente de la contratación temporal para trabajos que no son temporales. Eso no es bueno para el trabajador, ni para el empresario. Tenemos que reducir el empleo temporal en este país, pero a cambio habría que flexibilizar el mercado de trabajo. No abogamos por el despido libre.

P. Entonces, ¿cómo?

R. Homogeneizando el coste de despido con el de las economías de nuestro entorno, y no me refiero a las asiáticas o estadounidenses, sino a las europeas. Reducción de costes de despido para los nuevos entrantes y respeto para los derechos adquiridos de los que ya están trabajando.

P. ¿Cuál es la prioridad del mercado laboral ahora?

R. Crear puestos de trabajo, y si la coyuntura es tan mala que no lo conseguimos, preservar el empleo en la medida en que podamos. Para esto, los que tenemos trabajo tenemos que ser más solidarios con los que no lo tienen. Por ejemplo, entre los funcionarios sería razonable que hubiera una moderación salarial, incluso una congelación del sueldo, como solidaridad y ejemplo hacia los que tienen un puesto de trabajo más precario.

P. Pero esa moderación salarial se encuentra con noticias de aumentos espectaculares de retribuciones de ejecutivos.

R. Son dos cosas distintas, aunque ambas tengan que ver con remuneración. Hay un tema que está claro: a uno le pueden parecer o no escandalosas algunas retribuciones. Eso es opinable. Además, la remuneración de los directivos de las empresas se aprueba por parte de sus consejos de administración y, en algunos casos, por las juntas generales. Por tanto, si alguien no está de acuerdo, que lo diga. Creo que hay poca beligerancia con ese tema...

P. ¿Poca beligerancia por parte de quién?

R. De los accionistas, y en muchos casos de los consejos de administración. Digo beligerancia en el caso de que haya que contestarlo. No puede ser que alguien que ha destruido empleo en su empresa o no ha generado valor tenga derecho a unos bonus. Eso es discutible, cuando menos moralmente.

P. El presidente de la CEOE, la patronal, dijo que en épocas de crisis había que hacer un paréntesis en la economía de mercado. ¿Está de acuerdo?

R. Opinar ahora no es fácil. Estamos a favor de la economía de mercado y de una regulación que se aplique. Hay intervenciones que, en algunos casos, están justificadas ya que evitan un mal mayor. Hablo del sector financiero. Pero, por definición, somos contrarios a las ayudas, y a los planteamientos que no tienen continuidad después, como las tomas de participación pública que se han dado en bancos extranjeros. Quisiéramos que fueran temporales.

P. También en España ha habido ayudas...

R. Más que a los bancos, se ayuda al sistema financiero. Primero tiene que fluir el dinero en el sector financiero. Y luego ese dinero tiene que fluir hacia la economía real, la que lo utiliza para generar valor.

P. ¿Servirán las ayudas para que fluya el dinero como antes?

R. No en un futuro próximo, y, a lo mejor, en el lejano. Las empresas, en muchos casos, deben recapitalizarse, tener menos deuda. Hemos visto en el sector inmobiliario valoraciones que, desde la perspectiva actual, parecen escandalosas, y con ellas se prestaba dinero en cantidades industriales. Una de las pocas ventajas de situaciones como ésta es que las aguas vuelven a su cauce.

P. ¿Qué opinión tiene de las medidas del Gobierno?

R. Me parece que el Gobierno está tomando demasiadas medidas y no necesariamente coherentes unas con otras. Además, no trasciende, no digo que no se haga, el seguimiento de su eficacia. Creemos que las medidas han sido tardías, hubiera sido mejor menos y de más calado.

P. Una de sus reivindicaciones históricas es la austeridad, y ahora el déficit se dispara.

R. Éste es un tema fundamental. Hay una serie de factores que darían confianza al ciudadano, como una Administración más austera en sus tres niveles. No es normal la cantidad de coches oficiales que circulan. Se han creado puestos de asesores en los ministerios a centenas. La Administración podría adelgazarse. Todo lo que sea gasto no productivo, con la excepción de las pensiones vergonzantes que tenemos, debería restringirse al máximo.

P. Cuando habla de gasto, ¿se refiere a medidas como los 8.000 millones dedicados a los ayuntamientos?

R. Todo lo que sea generar empleo, que insisto es la primera prioridad, es por donde tienen que ir los tiros. En este caso concreto, tenemos dudas, pero supongo que quien lo ha planteado ha hecho números. Tenemos dudas de que con ese dinero se creen 200.000 puestos de trabajo, punto número uno, con carácter fijo o permanente.

Boada reconoce que las empresas españolas son responsables, en parte, de la crisis.
Boada reconoce que las empresas españolas son responsables, en parte, de la crisis.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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