El gran bocado de Campofrío
Nace la primera cárnica europea bajo la batuta de Pedro Ballvé
Campofrío Food Group inició el pasado martes su actividad como líder europeo de preparados cárnicos tras la fusión de Campofrío y Groupe Smithfield. Pedro Ballvé, impulsor de Campofrío, empresa familiar burgalesa que creara su padre, ha logrado sacar adelante una nueva fusión, esta vez con dimensión europea. "Campofrío Food Group es el producto de la visión compartida de dos empresas que son muy complementarias en términos de presencia geográfica, conocimiento, marcas y productos", afirma un Pedro Ballvé pletórico que será el presidente ejecutivo y que, junto con su hermano Fernando, controla el 12% de la nueva empresa. Ballvé considera que es el momento adecuado para buscar una nueva dimensión y "el hecho de que Smithfield estuviera en el capital de Campofrío ha sido un elemento activador de la operación". Campofrío ya pilotó en el año 2000 una fusión de cuatro empresas nacionales: Campofrío, Navidul, Oscar Mayer y Revilla. Era una fusión que contaba con grandes solapamientos, justo lo contrario de la fusión que, en opinión de Ballvé, es una unión "en la que todo es sumar por las grandes complementariedades".
Líder en cinco mercados, se fija como objetivo la Europa de los 27
La empresa afirma que las dos firmas que se unen son complementarias
La empresa que acaba de nacer es líder de mercado en España, Francia, Portugal y Holanda, y cuenta con una destacada presencia en Rumania, Alemania, Reino Unido, Italia y Bélgica. "Nosotros creemos que esta empresa puede alcanzar sinergias desde ahora mismo y nos hemos propuesto alcanzar los 40 millones de euros en el año 2012", dice Ballvé. Según el actual presidente, el grupo cárnico va a trabajar de forma descentralizada y los distintos países tendrán un alto grado de autonomía, aunque vamos a contar con unos servicios centrales corporativos que buscarán continuamente la eficiencia.
Cuando se le pregunta a Pedro Ballvé si estamos ante una fusión defensiva para ganar tamaño y cubrirse ante los esperados movimientos de fusión en el sector en Europa, salta como un resorte. "Para nada. Todo lo contrario, es una fusión de oportunidad que permite dotarse del músculo, la productividad necesaria y la fuerza de ventas para cuando cambie el ciclo económico". En Campofrío Food Group es plenamente consciente de que el mercado no crecerá a corto plazo por la crisis económica y de consumo, y que el reto a corto plazo es ajustar los costes para salir con mayor velocidad cuando el mercado cambie de tendencia, hecho que sucederá, en cálculos de Ballvé, hacia la mitad del año 2010.
La nueva empresa tendrá su sede social en España y cotizará en el mercado español. Por debajo del presidente ejecutivo estará un consejero delegado, Robert Sharpe, que será consejero de Campofrío, y conoce el mercado porque ocupaba este puesto en Smithfield. Yiannis Petrides, que era consejero independiente de Campofrío desde 2005, ocupará la vicepresidencia de la nueva sociedad, que presentará ya a final de 2008 su primer ejercicio económico como empresa fusionada.
"Siempre he sido defensor del talento en las empresas y creo que las dos compañías que ahora se fusionan cuentan en este sentido con unos equipos que son capaces de analizar y adelantarse a las tendencias de consumo, un elemento estratégico para las empresas de nuestro ramo", recalca Ballvé, para quien también cuentan con una gran relación con la distribución, acrecentada por su liderazgo en el sector cárnico.
El máximo responsable de Campofrío Food Group reconoce que la economía española y la europea se hallan en crisis y rozan la recesión, pero esta realidad es pasajera. "Yo ya he vivido otras crisis de consumo, aunque no tan global como ésta, y hay que pensar que la recesión es un momento del ciclo económico y como tal hay que entenderlo", matiza Ballvé. El mercado objetivo de la nueva compañía lo componen los 27 países de la Unión Europea, y de hecho, el propio Ballvé afirma que la retirada del mercado ruso se produjo cuando ya se sabía que se fusionaría con Smithfield, aunque el mercado no comparte esta idea. "Afortunadamente, no tenemos que vender pisos. La alimentación es un sector que tiene un comportamiento menos malo en momentos como los actuales, aunque, evidentemente, el miedo a la crisis retrae el consumo de las familias. Además, es cierto que esta crisis se está cebando en algunos colectivos como los emigrantes, que son potenciales clientes, pero creo que, si aguantamos los 18 meses que puede durar la actual anemia del consumo e invertimos en eficiencia, podremos salir muy reforzados", resume Ballvé.
La primera reunión del consejo de Campofrío Food Group del pasado día 17 de diciembre nombró el primer nivel de gestión y en las próximas semanas se irán nombrando los cuadros medios. Posteriormente se diseñará un plan estratégico que siente las bases para el crecimiento de la primera empresa cárnica europea y una de las cinco primeras del mundo. Las 11.000 personas que componen el equipo humano son para Ballvé el principal activo de una empresa que sumó en 2007 unas ventas de 2.100 millones. -
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