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Revive "la parte divertida" de SIMO

Vistalegre acoge e-Life, una feria digital para gente de a pie

Carabanchel protagoniza este fin de semana el ocio tecnológico madrileño con la feria digital e-Life, integrada los últimos dos años en el desaparecido SIMO, el antiguo Salón Informativo del Material de Oficina. A pesar de la suspensión de la principal feria de tecnología de Madrid, e-Life salta en solitario al ruedo polivalente de Vistalegre, con el objetivo de acercar al ciudadano la parte amable de la tecnología.

La feria, que agrupa casi una veintena de empresas, es una oportunidad para conocer aplicaciones tecnológicas aún sin popularizar. Por ejemplo, los visitantes tendrán la ocasión de acariciar a un robot terapéutico con forma de foca. El peluche, de unos 50 centímetros de largo y repleto de microsensores, es capaz de responder a los estímulos humanos. La máquina, que no resiste la tentación de gesticular y balbucear ante una caricia, está diseñada especialmente para aquellas personas que padecen el síndrome de Alzhéimer, demencia senil o autismo, puesto que, según se asegura, estas personas son capaces de mejorar sus respuestas cerebrales mediante este sistema pseudoafectivo. Por el momento, el robot no ha sido utilizado en España, aunque en Japón se vende por unos 3.000 euros.

El lado futurista también cuenta: una cámara de expresión facial es capaz de averiguar los estados de ánimo de cualquier persona mediante el examen de su rostro. Pero si lo suyo es más tradicional, siempre le quedarán los videojuegos, un clásico en este tipo de ferias.

Este año, Nintendo y Microsoft se reparten el palacio de Vistalegre, puesto que la crisis económica se ha llevado por delante a Sony, que anunció que no acudiría. "Las marcas no están para alegrías, tienen miedo, por lo cual se han retirado algunas empresas; pese a ello, no hemos escatimado en otros recursos como la superficie o la celebración de conciertos dentro de la feria", asegura el director general de Innovación y Tecnología del Ayuntamiento de Madrid, Alejandro Arranz. La edición de este año apuesta por el ocio ciudadano y urbano, que se traduce en un espacio de 2.500 metros cuadrados libres para la auto-experimentación. "Éramos la parte divertida de SIMO", asegura Tomás García, director de e-Life quien justifica la apuesta por el ciudadano "porque es el principal consumidor de tecnología".

La batalla por ofrecer al madrileño nuevas alternativas de ocio digital ha llevado al Consistorio a exponer al público su proyecto de catedral tecnológica, que estará emplazada en la antigua nave industrial de Boetticher, en Villaverde. Los responsables municipales aspiran a que la fábrica, que permanece abandonada desde 1992 cuando la empresa se declaró en quiebra, se convierta en punto de referencia del sector en el sur de Madrid con la creación de espacios públicos o la celebración de exposiciones de arte digital.

El Ayuntamiento de la capital ha realizado una aportación económica de 120.000 euros en esta edición con el argumento de que intenta combatir así la brecha digital, según el responsable del área tecnológica del gobierno municipal.

El Consistorio madrileño desarrolla talleres para mayores en las aulas de cada distrito. Respecto a los pequeños, un estudio de la compañía de seguridad informática Panda Security asegura que tan sólo uno de cada cuatro padres españoles controla el uso que sus hijos hacen de la Red. Por eso, los niños con edades comprendidas entre los 6 y 12 años tendrán a su disposición los portales Chiquimadrid y Tictac, con los que el Consistorio quiere que se familiaricen de forma segura con Internet.

Jóvenes en un ensayo musical improvisado en la muestra tecnológica e-Life.
Jóvenes en un ensayo musical improvisado en la muestra tecnológica e-Life.GORKA LEJARCEGI

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