Los escándalos socavan el centro-izquierda italiano

Walter Veltroni, líder del Partido Democrático (PD) italiano, abrió ayer la reunión de la dirección con una declaración rotunda: "Aquí no hay sitio para los deshonestos. Si no hacemos la innovación política, seremos arrollados". De fondo, el escándalo que salpica a algunos de los representantes municipales y regionales de su grupo. Aunque se quejó del tratamiento que recibe de los medios de comunicación, admitió la existencia del problema.

El miércoles fueron detenidas en Nápoles 13 personas, entre ellas dos ediles del Ayuntamiento, gobernado por el PD, y dos ex concejales. Todos acusados de corrupción y abuso de oficio. En el caso también están siendo investigados dos diputados nacionales, Italo Bocchino, del gubernamental Polo de la Libertad, y Renzo Lussetti, del Partido Democrático.

Los investigadores sostienen que ambos mantuvieron contactos con el propietario de la empresa Global Service, Alfredo Romeo, también detenido, y alrededor del cual gira toda la trama. Romeo habría recibido tratos de favor en las contratas municipales para hacerse con la concesión del mantenimiento de las calles de Nápoles. Pero sus negocios no se limitan a la caótica ciudad. También gestiona el patrimonio inmobiliario público de otros ayuntamientos y se teme que el caso salpique a Roma, dirigida por el centroizquierda cuando se firmaron los contratos.

Nápoles se une a otros casos que en las últimas semanas han salpicado el partido de Veltroni, que había convertido la honestidad política en su bandera. Luciano D'Alfonso, alcalde de Pescara y secretario regional del Partido Democrático, fue detenido el martes tras una investigación sobre supuestas comisiones ilegales.

La fiscalía de Potenza pidió ese mismo día a la Cámara de Diputados que autorizara el arresto domiciliario de Salvatore Margiotta, parlamentario nacional del PD, envuelto en un caso de comisiones pagadas para la extracción de petróleo en la región de Basilicata. Concejales de la junta de Florencia también están bajo investigación por supuestas irregularidades en la concesión de terrenos.

Para Gianfranco Pasquino, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia, el motivo de que el debate sobre estos escándalos sea tan acalorado en Italia se debe a que por primera vez "se pone en entredicho la supuesta superioridad de la izquierda italiana en las cuestiones morales". Recuerda que fue en los años setenta cuando el secretario del Partido Comunista Italiano, Enrico Berlinguer, habló de una diferencia entre los comunistas y el resto de los partidos en la gestión del poder.

La situación, según Pasquino, puede ser ventajosa para Silvio Berlusconi, quien la aprovechará para defenderse de las críticas, argumentando que "los ex comunistas no son mejores, como siempre han sostenido". El primer ministro intentará aprovechar el momento de dificultad de la oposición "para abrir el diálogo y llevar a cabo la polémica reforma de la Justicia", asegura el politólogo.

Esta reforma, que siempre ha sido interpretada como un ataque a la independencia del poder judicial, fue anunciada ayer por el mismo Berlusconi. El primer ministro explicó que el texto, que él considera urgente, se presentará después de navidades, cuando se retome la actividad parlamentaria.