"El Partido Comunista se romperá si sigue cayendo la economía"
China, la fábrica del mundo, hace aguas, mientras sus dirigentes, según Minxin Pei, uno de los más reconocidos sinólogos de EE UU, siguen anclados a un "sistema corrupto que no se interesa por sus ciudadanos". Pei, de 51 años y doctorado en Harvard tras abandonar China en 1984, afirma en una entrevista en Madrid que, con millones de obreros en paro y forzados a volver a las aldeas, el Gobierno chino debe cambiar su estrategia de inversiones en infraestructuras y dedicar esos fondos a programas sociales que calmen la inquietud reinante entre los 1.350 millones de habitantes del país.
Pregunta. ¿Cómo afecta la crisis económica mundial a China?
Respuesta. La crisis ha puesto de relieve la vulnerabilidad de un modelo basado en la exportación. Su pinchazo puede reducir el crecimiento del PIB a entre el 3% y el 5%
"El PCCh perderá la legitimidad que obtenía de la prosperidad"
"El país necesita menos grandes obras y más policías, maestros y médicos"
[en 2007 fue del 11,4%] y tendrá serias consecuencias políticas si extiende la penuria económica más de dos años. La élite gobernante puede verse dividida y enfrentada. Ya está muy nerviosa.
P. ¿Qué consecuencias?
R. Primero, se desatará el paro entre los jóvenes educados, ya que cada año se gradúan casi cinco millones de chinos. Esa población urbana desempleada será un grave problema para el Gobierno. Segundo, los chinos hasta ahora no se han interesado en la política porque aumentaba su nivel de vida, pero el Partido Comunista Chino (PCCh) perderá el apoyo y la legitimidad que obtenía con la prosperidad. Y tercero y más importante, la élite gobernante se mantiene unida porque tiene dádivas que repartirse, pero se romperá si sigue cayendo la economía, porque entonces comenzarán entre ellos a buscar culpables y a depurar responsabilidades.
P. ¿Considera que la actual dirección del PCCh está unida?
R. Sí, la unen los intereses económicos, pero con los malos resultados se desatará la tensión.
P. El presidente Hu Jintao ha mostrado su preocupación por los desequilibrios que atenazan China: la brecha entre ricos y pobres y entre las provincias costeras y del interior.
R. Buena parte de los ricos son miembros del PCCh y no permitirán ningún giro del partido que merme sus riquezas. Hu Jintao se diferencia de su predecesor, Jiang Zemin, en que se permite hablar de brechas y desequilibrios, pero su actuación es marginal. El Gobierno carece de programas sociales. La inmensa mayoría de la población no tiene seguridad social, ni atención médica, ni educación gratuita.
P. ¿Cómo se entiende la sociedad armónica que proclama Hu?
R. Sin preocuparse por los ciudadanos, sin invertir en la población, no existe sociedad armónica. Hay que elevar el gasto social y ello exige que los ricos paguen impuestos, que no los pagan, y cambiar las inversiones en infraestructuras -en aeropuertos y autopistas que nadie usa- por inversiones en programas sociales.
P. ¿Cómo puede luchar China contra la crisis?
R. Es muy difícil. Con las exportaciones congeladas es preciso impulsar el consumo interno, pero el consumo requiere confianza en el futuro y este Gobierno no la construye, ni da seguridad. Por eso, los chinos en lugar de gastar, ahorran más.
P. En los últimos meses se han disparado las protestas entre los millones de parados de la llamada población flotante, es decir, los 130 millones de campesinos desplazados a la ciudad como mano de obra barata. ¿Cuántos perderán el empleo?
R. No existen cifras exactas. Si unos 40 millones de campesinos se emplean en las exportaciones, la mitad puede perder el trabajo. De ahí que, si 2009 se presenta difícil en las ciudades, 2010 será muy duro en las zonas rurales. Los que hayan vuelto ya se habrán gastado los ahorros y muchos ni siquiera tendrán tierra que cultivar, porque se la confiscaron o la malvendieron.
P. ¿Puede haber hambre?
R. Hambruna no, pero habrá un peligroso aumento de la delincuencia, sobre todo en las zonas rurales donde la presencia policial es mínima. El Gobierno debe dejarse de infraestructuras y crear más empleos de policías, médicos, maestros y profesores.
P. Usted dijo en 2006 que el futuro de China no es la democracia sino la desintegración.
R. La desintegración del régimen. Este sistema corrupto y lleno de contradicciones no puede continuar. Una pequeña élite no puede adueñarse de todos los beneficios a costa de los ciudadanos. No creo que el éxito económico se extienda mucho tiempo bajo un régimen autoritario. El descontento, como se ha puesto de manifiesto ahora, aumenta y se ataja con más represión en lugar de con negociaciones políticas.
P. ¿No habrá reforma política?
R. El PCCh tiene el ejemplo de la desaparecida Unión Sovietica y se cuidará muy mucho de poner al frente a un Gorbachov.
P. Barack Obama ha criticado a Pekín por mantener el yuan artificialmente bajo. ¿Cómo ve las relaciones de China con la nueva Administración de EE UU?
R. Obama no ve China como un enemigo. Creo que las relaciones serán buenas aunque el comercio provocará tensiones a corto plazo. Pero tanto el entorno de Obama como el Gobierno chino son muy pragmáticos y saben lo importante que un país es para el otro. Washington no puede ser muy duro con China porque la necesita para que compre la deuda estadounidense.
P. Usted siempre dijo que la política exterior china no se correspondía con su peso.
R. Efectivamente, China no tiene una política exterior ambiciosa. Pekín goza de influencia internacional pero no está interesado en jugar un papel activo. En parte, para no alertar a Washington y en parte, porque no sabe si le reportaría mayores beneficios. La agresividad exterior china sólo se manifiesta en el acceso a la energía y a las materias primas.
P. China tiene fronteras con Afganistán, Pakistán e India, tal vez la zona más caliente del mundo actual. Pakistán es su aliado, ¿cree que saldría en su apoyo?
R. Aunque puede jugar un papel crucial en la zona, sólo impediría una flagrante invasión india de Pakistán. Pekín no quiere involucrarse militarmente y, de momento, prefiere que sea EE UU el que luche contra el radicalismo islámico. Teme que una mayor implicación tenga consecuencias en la fronteriza provincia de Xinjiang (poblada por uigures de religión musulmana).
P. India y China han mejorado sensiblemente sus relaciones. ¿Llegarán a ser socios?
R. Imposible. Son potencias regionales rivales. Una tiene lo que carece la otra y viceversa. Veo India, con su democracia y la furiosa actividad de su sector privado, mejor preparada para enfrentar una crisis larga que la autoritaria China. Los dos países tienen un futuro brillante, pero el riesgo político es menor en India. Pienso que le irá mejor que a China.
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