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La cumbre del 'enfriamiento' climático

La Conferencia de Poznan condiciona la ayuda a los países pobres a su esfuerzo claro contra el calentamiento

La Cumbre del Clima de Poznan acabó la madrugada del sábado con un acuerdo de mínimos y con la demostración de que la negociación en 2009 para conseguir un acuerdo que sustituya al Protoclo de Kioto será a cara de perro. Los 187 países reunidos en la ciudad polaca lo dejaron casi todo para 2009, para que sea la Administración de Obama la que negocie el texto que debe estar listo en diciembre próximo en Copenhague. En Bali, hace 12 meses, la cumbre se dio dos años para renovar Kioto. Ha pasado uno sin avances y ahora el plazo para alcanzar un acuerdo tan complejo parece insuficiente, según muchos delegados.

Los países ricos se negaron a aumentar las ayudas a un fondo de adaptación para los países pobres, que reaccionaron airados ante el plenario. La protesta alargó la cumbre hasta pasadas las tres de la madrugada.

Una vez claro que no saldrían de Poznan cifras de reducción de emisiones, los países en desarrollo, de China a Gabón, insistieron en salir con un Fondo de Adaptación con el que pagar obras (desaladoras o diques, por ejemplo) contra los impactos del calentamiento. Los países ricos cedieron sólo a medias. Aceptaron poner en marcha ese fondo en 2009 (oficialmente ya existía pero no funcionaba).

El fondo se nutre del 2% del dinero que supone el ahorro en emisiones mediante la inversión en energías limpias en países en desarrollo (entre 80 y 300 millones de dólares al año). La ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, calificó ayer de éxito la puesta en marcha de este fondo. Al alcabar, la sala rompió en aplausos. Duraron poco. Venía la bronca.

Los países pobres pedían sacar otro 2% de otros mecanismos de reducción de emisiones, algo a lo que se negaron los ricos. "Llevo 12 conferencias y este es uno de los momentos más tristes que he vivido. Algunas partes se han negado a sufrir una mínima pérdida del mercado de carbono, mientras millones de personas pierden sus vidas y sus hogares debido al cambio climático", espetó el delegado de India, entre aplausos. El representante de Gabón criticó la responsabilidad histórica de "los golden boys del calentamiento". Siguió Pakistán: "No sé qué política es esa de negarse a pagar por lo que uno ha contaminado". Colombia, Suráfrica, Costa Rica, Brasil, India, Bolivia y Maldivas hablaron en el mismo sentido.

Como explicó el secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático, Yvo de Boer, la negativa a pagar más es, sobre todo, una táctica negociadora: "Para que haya un acuerdo en Copenhague hay que integrar a los países en desarrollo. Y muchos países desarrollados pensaron que no era el momento de aumentar el fondo". En Poznan, todos los países hablan de reducir o limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. La clave está en cuánto paga cada uno, en cuánto va de los ricos a los pobres. "La cumbre ha ido bien porque no hemos acordado nada", resumió en los pasillos un delegado de un gran país asiático.

De Boer opinó que resumir la cumbre en esa bronca final es "como ir al cine y sólo recordar un fotograma triste". Porque aparte de eso, se han cumplido los modestos objetivos que se esperaban. Hay un calendario concreto de negociación para 2009 y de todos los continentes se escucharon discursos parecidos. China, India, México y Brasil, que hasta hace años descargaban todo el esfuerzo en los ricos, presentaron planes voluntarios de limitación de emisiones. Pero el secretario de Medio Ambiente de México, Juan Rafael Elvira, explicó que no aceptarían imposiciones: "Queremos reducir emisiones, pero tenemos prioridades, como la pobreza, y no vamos a atarnos la soga al cuello. Sólo aceptaremos objetivos voluntarios".

Además, la UE comunicó que pretende reducir las emisiones un 20% en 2020 respecto a 1990. Barack Obama, se ha comprometido a un esfuerzo similar.

Un oso polar de peluche en la cumbre de Poznan muestra su cansancio por la falta de progresos.
Un oso polar de peluche en la cumbre de Poznan muestra su cansancio por la falta de progresos.REUTERS

¿Y en 2008?

Las organizaciones ecologistas han visto la Cumbre de Poznan como la prueba de la parálisis. Heikki Willstedt, de WWF criticó: "Mientras los países más desfavorecidos han puesto sobre la mesa las víctimas y los impactos del cambio climático, para pedir ayuda a los industrializados, la UE se ha regalado 200.000 millones de euros en su paquete de energía y ha dejado sólo unas migajas para los países en desarrollo".

Joaquín Nieto, de Sustain Labor y veterano de estas cumbres, señaló: "No ha habido avances pero tampoco retrocesos". Stephanie Turnmore, de Greenpeace, se mostró decepcionada: "Qué hemos hecho en 2008? Nada. Las ONG ambientalistas resaltaron el papel constructivo de China e India, Brasil o México. Todos ellos han llegado a Poznan con planes de limitación de emisiones pese a no tener ninguna obligación.

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