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La campaña de la fresa dará trabajo a 10.000 inmigrantes menos este año

La crisis obliga a los empresarios a contratar a los trabajadores en paro

Este no es un buen año para los inmigrantes que buscan trabajo en Andalucía. No sólo por los tristes episodios que se han vivido en Almería o Córdoba, donde tras el largo viaje no encontraron empleo ni cobijo. En la provincia de Huelva, el número de contratos en origen para temporeros extranjeros ha bajado en 10.000 personas. La buena noticia es para los trabajadores locales (tanto españoles como inmigrantes con permiso de residencia). El cupo ha aumentado para unos y para otros en 5.000 plazas.

La crisis económica ha sido, en parte, la culpable de este cambio de tendencia. "Tenemos mucho paro en España. Los tradicionales temporeros de la fresa, con el auge de la construcción del 2000, dejaron el trabajo del campo y se dedicaron al sector servicios. Y ahora están regresando", apunta Eduardo Domínguez, responsable de migraciones de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas de Huelva. Este año habrá 45.000 españoles (y extranjeros con residencia en España) en la campaña de la fresa. El año pasado fueron 35.000. "Vuelven los freseros de toda la vida", sintetiza Domínguez.

"No queremos efecto llamada. Todo tiene que pasar por el SAE"
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Las nacionalidades que formarán el contingente esta campaña también han variado. El número de marroquíes (todas mujeres), ha aumentado en 8.000 y el cupo de rumanas y búlgaras ha bajado en 5.000, según los datos proporcionados por Juan Antonio Millán, alcalde de Cartaya y presidente de la Comisión de Municipios con Inmigración de Huelva (COMI). La relación de temporeros solicitados en la recolección anterior fue el siguiente: Marruecos (12.000), Rumania (11.000), Bulgaria (4.000), Polonia (3.500) y Ucrania (4.000). "Al final, de los 34.500 pedidos, acudieron 31.000", explica Millán, que advierte del 10% de bajas "por múltiples motivos", en todas las campañas.

El descenso de trabajadoras del Este está relacionado, según los empresarios, con la burocracia. "En Rumania hay muchísima gente dispuesta a venirse. Además, se adaptan muy bien a nuestras costumbres, aprenden rápido el idioma, pero la administración rumana funciona regular", apunta Domínguez. "En Marruecos, sin embargo, se facilita más el papeleo", asegura.

Por su parte, José Manuel Romero, presidente de Freshuelva, asociación que representa al 90% de los productores y exportadores de fresa y frambuesa de la provincia de Huelva, no quiere confiar demasiado en el paro local de españoles para ocupar las plazas que se necesitan. "Lo que no queremos ocasionar de ningún tipo es el efecto llamada. Ni para españoles ni para extranjeros. Todo tiene que pasar por el Servicio Andaluz de Empleo", sentencia.

El alojamiento para los inmigrantes ya se va preparando. El Ayuntamiento de Cartaya, por ejemplo, proporciona un albergue comunitario. José Martín, empresario fresero de Lepe, ha construido un mini pueblo prefabricado en el que ha invertido 150.000 euros. "Son casas prefabricadas, con jardines de paseo, sala común con televisión y este año un ciber-centro para que puedan comunicarse gratuitamente con sus familias en Ucrania, Rumanía, Polonia, Marruecos o Senegal", explica el gerente de Agromartín, que cuenta con 650 trabajadores. Un 40% recolecta naranjas y un 60% fresas.

Un total de 200 jornaleros son marroquíes, de los cuales sólo 15 son hombres y las demás mujeres. El empresario las describe así: "No dan ningún problema. Cumplen su horario y su trabajo igual que la empresa cumple con ellas". El miércoles 10 de diciembre, las marroquíes invitaron a los demás compañeros, más autoridades y patrones a la fiesta musulmana del cordero. La localidad más cercana, Lepe, se encuentra a 11 kilómetros de la finca. Millán anunció a los posibles trabajadores extranjeros que piensen acudir a Huelva que el cupo de temporeros "está cubierto y garantizado, tanto con locales como contratados en origen".

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