Vecinos de Figueirido acusan a la Policía Militar de agredir a una mujer

La tensión entre los vecinos de Figueirido (Pontevedra) y los responsables de la base de la Brilat estalló ayer durante una manifestación y derivó en altercados con miembros de la Policía Militar. Más de 400 personas se concentraron ante la base General Morillo para protestar contra la ampliación del perímetro de seguridad de las instalaciones militares. La marcha acabó entre insultos, porrazos y empujones. Una mujer resultó herida leve por un miembro de la Policía Militar.

Alrededor de las 11 de la mañana, varios cientos de vecinos se aproximaron a las puertas de la base militar pertrechados con numerosas pancartas en las que se podían leer mensajes como "el monte es nuestro" o "estamos que estallamos". Y eso fue lo que pasó ayer, a pesar de que los vecinos disponían de permiso para escenificar un malestar que viene de lejos y que se ha desbordado por el propósito de Defensa de ampliar de la franja de seguridad en 300 metros, con lo que invadiría numerosas casas particulares. La chispa surgió cuando la policía nacional formó un cordón para evitar que los manifestantes siguieran avanzando hacia la verja de la base. Diez agentes no se bastaron para contener la marcha e intervino la Policía Militar, lo que fue tomado como una provocación. En el forcejeo, una mujer, María del Carmen Regueira, de edad avanzada, resultó herida en la boca. Posteriormente, se sintió mareada y fue trasladada por una ambulancia del 061. Antes señaló al fornido soldado que la había agredido "con el puño".

Los manifestantes se encararon con los soldados al grito de "¡atracadores!"

La policía nacional solicitó refuerzos y hasta allí se desplazaron diez agentes de la Guardia Civil. Al final de la mañana identificaron a cuatro personas "por insultos y escupitajos a los policías", contra las que se tramitará sanción por alterar la seguridad ciudadana. "¡Esto es la guerra!", gritaban los civiles entre insultos y gestos ofensivos mientras uno de los soldados les grababa con una cámara. Por momentos, los manifestantes se escurrían del cordón para encararse con los militares dejando apenas milímetros entre sus rostros y espetarles: "¿Qué harías tú, eh? Vete para dentro. ¡Atracadores, expropiadores!". Y es que el hecho de que un número cada vez más numeroso de efectivos de la Brilat se agrupara fuera del recinto militar fue tomado como un agravio. "Esto es una provocación", clamó el portavoz vecinal, Fernando Pintos, quien exclamó: "Andan por nuestras casas con arrogancia y desprecio ¡Basta ya!". "Pedimos permiso para protestar delante de la puerta, para que se nos vea y reclamar así nuestros derechos", explicó Pintos.

El conflicto viene de lejos, cuando en 1965 las autoridades locales cedieron una porción de terreno al Ejército. Un joven lo explicaba de este modo: "Antes cogían el monte donde estaban las ovejas, ahora han llegado a la casa del pastor". "No son 300 metros desde la base [de perímetro de seguridad], es casi un kilómetro", aseguró.

Otro joven de Postemirón (Vilaboa) leyó parte del manifiesto, en el que los vecinos expresaron su rechazo "a pedir permiso a Defensa para hacer arreglos" en sus casas y fincas. Denunciaron además la existencia de alambres de espino en el monte. "Defensa tiene que dar marcha atrás", señaló Pintos, quien tampoco se olvidó del presidente de la Comunidad de Montes de Salcedo, Pastor Torres, a quien criticó porque ha puesto, según dijo, las tierras comunales a disposición de los militares. "Los tanques en medio de los núcleos rurales, maniobras cerca de las casas, se está montando aquí al lado una aldea de entrenamiento. No cuestionamos las maniobras, cuestionamos el sitio elegido", aclaró otro vecino.

El alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro (PSOE), participó de la concentración "como un vecino más" y se mostró convencido de que Defensa "se sentará a dialogar".