Guipúzcoa ve agravarse la caída de la recaudación fiscal

El debilitamiento de la actividad económica, acentuado en el último trimestre del año, va a tener un efecto muy negativo en las arcas forales de Guipúzcoa. El agravamiento de la crisis ha obligado a la Hacienda de esta provincia a rebajar en un punto la previsión de ingresos por impuestos para este año que hizo en octubre pasado, que ya suponía un descenso notable sobre las expectativas de comienzos de año. El presente ejercicio se cerrará con una merma recaudatoria por la crisis de entre 360 y 380 millones de euros con respecto a los 4.568 millones que se previeron a comienzos de año, según explicó ayer el director foral de Presupuestos, Martín Beramendi.

Tras encadenar 16 años de incrementos recaudatorios en Guipúzcoa, la liquidación tributaria de este año será negativa, situación que se repite en las otras dos haciendas. Las expectativas han empeorado notablemente en este último trimestre. En la última reunión del Consejo Vasco de Finanzas, celebrada en octubre pasado, la Hacienda guipuzcoana ya concretó que se enfrentaba a un descenso del 4,6% de la recaudación vista la evolución de los distintos impuestos. Se calcularon entonces unos ingresos de 4.321,1 millones, cifra muy similar a la recaudación efectiva por tributos concertados en el pasado ejercicio (4.368 millones).

Hacienda analiza medidas que favorezcan aplazar las deudas fiscales

Con la actualización que realizará ahora la Diputación ni siquiera se podrá llegar a ese montante. Los ingresos van a caer un 5,5% con respecto a lo presupuestado (4.568 millones). El diputado de Hacienda, Pello González, informó ayer de que en términos comparativos con 2007, la liquidación total decrecerá un 1%.

Todos los tributos han tenido un comportamiento negativo, especialmente el IVA, que supone el 36,5% de la tarta impositiva en Guipúzcoa. González explicó que el de Impuesto de Sociedades comenzó a perder pujanza a mediados de año, mientras que los indicativos del IRPF han comenzado a torcerse en el último trimestre, lo que puede suponer una señal "preocupante" de que "el empleo se está resintiendo" en la provincia.

La merma recaudatoria va a afectar directamente a los ayuntamientos, que este año recibirán casi 50 millones menos que el año pasado, y la previsión apunta a una nueva reducción del 3,4% el año que viene.

Toda esta situación, advirtió González, puede llevar a la Hacienda foral a reconsiderar a la baja la previsión de ingresos recogida en el proyecto presupuestaria para 2009. No obstante, adelantó que esa posible reducción no afectaría a la política de inversiones ni al gasto social. En todo caso, la Diputación recortará el gasto corriente y no descarta elevar el nivel de deuda, que asciende a 73 millones en las cuentas del próximo ejercicio.

Debido a la crisis, las empresas están atravesando problemas de liquidez, lo que ha abierto una reflexión en la Hacienda para arbitrar medidas que favorezcan el aplazamiento de las deudas fiscales e incluso avalar determinadas operaciones empresariales. González precisó que su departamento se podría convertir en un "minibanco" para las empresas que encuentran dificultades para obtener créditos bancarios. Aclaró que los impagos a la Hacienda no han aumentado significativamente, pero sí se han multiplicado en los últimos meses las peticiones para su aplazamiento.