_
_
_
_
Entrevista:Alfonso Guerra | Presidente de la Comisión Constitucional del Congreso | 30º aniversario de la Constitución

"Soy partidario de derogar el artículo 150.2. Hay que cerrar el proceso constituyente"

La Constitución le cabe en una mano, la izquierda. Durante la entrevista recurre a su ejemplar de bolsillo cuando duda, pocas veces, para releer algo que le cayó en el olvido y así apuntalar sus argumentos. Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) lleva cuatro años al frente de la Comisión Constitucional del Congreso. Desde ese puesto ha intentado conciliar intereses de todos para que los Estatutos de Autonomía no se desviaran del camino marcado por la Ley Fundamental. Trabajó intensamente hace 30 años en la elaboración de ese texto de amplísimo consenso y ahora exige un acuerdo similar para cualquier reforma.

Pregunta. "La Constitución no es sólo una ley sino el fin de un armisticio, de una guerra civil, de 40 años de dictadura. Tocar por tocar la Constitución me parece irresponsable. ¿Es inexcusable la reforma de la Constitución por envejecimiento? No lo creo en absoluto". Es su declaración de hace cuatro años. ¿Mantiene hoy lo mismo?

"La monarquía garantiza el respeto a la libertad y a la democracia"
"La Constitución prohíbe que los estatutos impliquen privilegios"
Más información
Los partidos defienden cambios en la Constitución que impiden el consenso

Respuesta. La Constitución claro que es reformable. Sacralizar la Constitución, decir que no se puede tocar, es absurdo. La Constitución se puede reformar y, de hecho, cada uno de nosotros tendría la aspiración de reformar tal o cual artículo. La cuestión es que la Constitución significó la renuncia de una parte de las aspiraciones de todas las organizaciones políticas para lograr un texto que sirviera a la convivencia general de todos. Si modificar algunos artículos ha de ser a costa de perder ese acuerdo general alrededor de un texto que sirve para todos, si es pagando ese precio, prefiero no hacerlo.

P. ¿Qué cosas se podrían cambiar?

R. Se podrían cambiar algunos preceptos. La reforma del Senado estaría muy bien que se pudiera hacer, pero aquí es difícil el acuerdo. Razones para la reforma existen, el problema es si podemos ponernos de acuerdo en qué queremos reformar. La Constitución exige para su reforma tres quintos o dos tercios, según el título al que se refiera. Eso significa que si queremos reformarla, necesitaríamos 210 votos, ó 233 si es la parte más rígida. El PP más todos los grupos sin el PSOE suma 181 diputados, no llega. El PSOE con todos los grupos menos el PP alcanzaría 197, tampoco llega. Si no hay un acuerdo PP-PSOE no se puede modificar. Creo que, además, sería conveniente que los otros grupos se sumasen a una posible reforma.

P. Suponiendo que hay acuerdo general, cree que es imprescindible modificar algunos aspectos desfasados, como el que regula la sucesión de la Corona...

R. Seamos rigurosos, algunos hablan mucho pero no leen la Constitución. El artículo 57 contempla una clara discriminación de la mujer respecto del hombre, porque dice que en la sucesión tiene prevalencia el varón sobre la mujer. Todo el mundo se pone de acuerdo en que esa discriminación no debe existir. Pero por qué no leen también el artículo 58, que habla de la Reina consorte y del consorte de la Reina... Ésa es una discriminación, pero al revés, contra el hombre. La mujer que case con el Rey, será Reina. El hombre que case con la Reina, no será Rey. Incluso, en el decreto de desarrollo se establece que la casada con el Rey será Reina con tratamiento de Majestad, y el casado con la Reina será Príncipe con tratamiento de Alteza. Claro que hay que modificar el artículo 57... ¡y el 58!

P. ¿Es urgente esa reforma?

R. Urgente no es, pero como se quiere hacer, y creo que en esto sí hay acuerdo, se podría hacer. Pero si se hiciese sólo esto, como afecta a un título que exige un referéndum, habría que tentarse la ropa antes de hacerlo sólo para esta cuestión. Hay que ser responsable.

P. Usted mantuvo durante el pasado mandato como presidente de la Comisión Constitucional en el Congreso que algunas reformas estatutarias pretendían mutar la relación de poder que establece la Constitución. ¿Lo han conseguido?

R. La Constitución establece un reparto del poder en el título octavo. Ese reparto se puede modificar, reformando la Constitución. El problema es que algunos pretendían modificarlo sin reformar la Constitución, a través del texto de los Estatutos. Así llegaron algunos Estatutos. La labor que hizo la Comisión Constitucional fue muy importante. En algunos estatutos se llegaron a modificar hasta 168 artículos, lo cual es un cambio fundamental.

P. ¿Quedan todavía algunos artículos en estatutos, como el de Cataluña, que no cumplen la Constitución?

R. Eso lo va a decidir el Tribunal Constitucional. Por cierto, me escandaliza que haya presidentes autonómicos que digan que según sea la sentencia no se quedarán pasivos. ¿Cómo que no se quedarán pasivos? Esto es no respetar las reglas de juego. El artículo 149 dice literalmente "es competencia exclusiva del Estado las relaciones internacionales". Hay Estatutos que tienen capítulos de relaciones internacionales y algunos específicos de relaciones con Europa. Claro, si se lee la Constitución y los Estatutos... el Tribunal dirá.

P. ¿Cree que el Constitucional limará el Estatuto catalán?

R. No lo sé, no tengo plaza en el Constitucional. El rumor que hay es que la sentencia tenderá a ser interpretativa, que diga: vale si significa esto, pero no vale si significa esto otro.

P. El presidente catalán, José Montilla, y el líder de CiU, Artur Mas, han sugerido que no se quedarán quietos si el Constitucional cercena el contenido del Estatuto. ¿Qué opina?

R. Me parece una baladronada, pero ¿cómo se puede decir una cosa así? ¿Quieren decir que van a asaltar el Tribunal Constitucional? Las reglas democráticas son las reglas democráticas. La Constitución establece que, al final, las leyes cuando van al Constitucional serán sometidas a la revisión por este Tribunal. No hay más remedio que aceptarlo y quien no lo acepte está rompiendo las reglas democráticas.

P. ¿Hay que derogar la disposición adicional primera que ampara los derechos históricos de Navarra y País Vasco y que puede suponer una grave desigualdad entre comunidades?

R. El régimen económico del País Vasco y de Navarra ha sido muy debatido desde la primera vez que llegó a la Comisión Constitucional en 1979. Hubo una gran polémica en la que intervine y me encontré con que el resto de los grupos tenía una posición muy diferente. Mantuvieron que no se podían introducir enmiendas y yo no entendía que el Congreso no pudiera enmendar una ley. País Vasco y Navarra tienen una situación diferente al resto, sin duda. ¿Puede una comunidad tener privilegios económicos o sociales? Hay un artículo de la Constitución que lo prohíbe. Si no recuerdo mal es el 138 que dice: "Las diferencias en los Estatutos de las distintas comunidades autónomas no podrán implicar en ningún caso privilegios económicos o sociales". Es un artículo evidente. Si el Constitucional estableciera que este sistema de financiación es un privilegio lo anularía.

P. ¿Usted derogaría la disposición adicional primera?

R. ¿Qué importancia tiene lo que yo diga?

P. Bueno, usted ha sido vicepresidente del Gobierno y ahora es presidente de la Comisión Constitucional.

R. ¿Y qué consecuencia tiene eso? Es como si yo le dijera a usted qué pasaría si esta noche durmiera con Halle Berry. La verdad es que está fuera de su alcance, creo. Pues no está a mi alcance derogar esa disposición de la Constitución.

P. Usted ha dicho que los mecanismos de representación de los Estados parecen más lúcidos y claros por elección que por herencia. ¿Es tiempo de reflexionar sobre la conveniencia de abandonar el modelo de monarquía parlamentaria?

R. Usted me cita parcialmente; no ha citado todo lo que dije, que es muy importante. Dije que intelectualmente parece más acertado elegir a la máxima representación del Estado que no heredarlo familiarmente. Y añadía que en España, lo que ocurrió en la Transición avala absolutamente la existencia de una monarquía parlamentaria. Y citaría, para sorpresa de algunos, que en sus inicios el PSOE no era republicano, ni monárquico, era accidentalista. Y Pablo Iglesias repitió muchas veces que el esquema monarquía/república estaba en función del respeto a la democracia y a la libertad. Y cuando ven que la dinastía y los partidos dinásticos con Alfonso XIII están invadiendo claramente la libertad y la democracia es cuando dicen, tenemos que terminar con este sistema. Ahora estamos en la condición contraria, no tiene ningún sentido someter a las generaciones futuras a unas tensiones monarquía/república que hubo en el pasado cuando justamente la monarquía parlamentaria que hoy existe en España ha garantizado el respeto a la libertad y a la democracia.

P. Algunos expertos constitucionalistas plantean la posibilidad de eliminar la referencia expresa a la Iglesia católica porque puede suponer una discriminación hacia el resto. ¿Qué opina?

R. Este artículo fue uno de los más discutidos. Es una fórmula de compromiso. Algunos han utilizado esta referencia a la Iglesia católica para intentar obtener lo que la Constitución no les da. Sin duda quedaría más claro sin esa referencia. Pero ¿Querrá la otra parte de la Cámara quitar esa referencia? Seguro que no. Y como hacen falta los 210 votos...

P. En relación al artículo 150.2 de la Constitución ("El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante Ley Orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. La Ley preverá en cada caso la correspondiente transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se reserve el Estado") usted mantiene que se ha convertido en un instrumento para conseguir nuevas competencias. ¿Habría que derogarlo?

R. Sí, mi tesis es que se puede convertir en un instrumento para modificar la Constitución sin el procedimiento previsto en la propia Constitución. Me preocupó desde el primer instante este apartado, al que me opuse cuando lo acordaron en una reunión en Moncloa con el PNV. Una Constitución no puede permitir que el proceso constituyente esté permanentemente abierto y, con ese párrafo segundo del artículo 150, el proceso constituyente no se ha cerrado. No hay ninguna constitución en el mundo que deje abierto el proceso constituyente; soy firme partidario de derogarlo pero ¿hay consenso? Los nacionalistas van a decir que no.

P. ¿Confía en que habrá reforma de la Constitución en esta legislatura?

R. Creo que sería buen momento para modificar algunos preceptos. Lo más urgente es el Senado, pero vista la actuación de algunos grupos, que no quiero mencionar, dudo mucho que tengamos 210 ó 233 diputados dispuestos a cambiar la Constitución.

P. El voto de los inmigrantes está vinculado en la Constitución a convenios de reciprocidad con los países de donde proceden. Algunos catedráticos defienden eliminar esa condición para garantizar el derecho de voto de los inmigrantes. ¿Está de acuerdo?

R. Eso es fruto de un "buenismo" que nos lleva a posiciones extrañas. ¿No es razonable que si los extranjeros votan aquí, los españoles voten en el país correspondiente?

P. ¿Es razonable que no pueda votar un extranjero que lleva viviendo diez años en España, que paga sus impuestos y que sufre los problemas de cualquier ciudadano en la localidad donde reside?

R. O sea, que nosotros le damos ese derecho a los extranjeros pero sabiendo que no se lo dan a los españoles. Eso es buenismo; me parece razonable la cláusula de la Constitución.

Alfonso Guerra, durante la entrevista.
Alfonso Guerra, durante la entrevista.BERNARDO PÉREZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_