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Un crucifijo en el colegio de Valladolid / CACHO / RAÚL CANCIO
El profesor de religión del Instituto de Enseñanza Secundaria Nuestra Señora de La Almudena de Madrid decidió en 1992 colgar un crucifijo en la sala de profesores. Al de filosofía, Luis María Cifuentes, le hizo poca gracia aunque no dijo nada. Diez años después, en un viaje por Alemania, Cifuentes visitó la casa natal de Carlos Marx en Tréveris y compró un póster como recuerdo.
Ella convivía con él desde hacía varios años, antes incluso de que fuera denunciado por maltratar a su anterior esposa. María del Rosario Peso André suplicaba al director de la prisión que le concediese a su novio, Maximino Couto Durán, permisos penitenciarios. Aseguraba que era un buen hombre.
Para la lucha contra el cambio climático, casi lo mejor que puede pasar en la Cumbre del Clima que hoy comienza en la ciudad polaca de Poznan es que no pase nada. Ni el anfitrión, ni la coyuntura política y económica ayudan. La Administración de Bush está en funciones y la de Obama no ha llegado.
La política de Suráfrica contra el uso de fármacos antirretrovirales causó 365.000 muertes por sida
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