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Aguirre: "¡Qué barbaridad! ¡Qué barbaridad! ¡Lo que está pasando!"

La presidenta vuela hacia Madrid tras salir ilesa de los atentados de Bombay

-¡Qué barbaridad! ¡Qué barbaridad! ¡Lo que está pasando!

Fueron las únicas palabras que salieron de la boca de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, durante el ataque terrorista al hotel Oberoi, en el que se iba a alojar en Bombay. Son las frases que recordaba ayer, vía telefónica, un testigo de una de las explosiones que regaron la capital financiera de India y que anoche había causado 80 muertos y centenares de heridos. "No ha perdido la calma en ningún momento", aseguró.

Eran las nueve y media de la noche hora local (las cinco de la tarde en Madrid), cuando la presidenta y el resto de la delegación madrileña, integrada por una delegación de empresarios y cuatro colaboradores, entraba en el hotel Oberoi de Bombay. Entre ellos, el presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández; y Salvador Santos Campano, el presidente de la Cámara de Comercio madrileña. En la delegación del gobierno regional, su asesor, Regino García-Badell, la directora de Comunicación, Isabel Gallego, el fotógrafo Carlos Iglesias y el cámara de la Comunidad de Madrid. Se había unido al grupo el alcalde popular de Majadahonda, Narciso de Foxá, que había viajado para repatriar el cadáver de su hermano, que había fallecido en Bombay dos días antes.

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Habían formado unos corrillos mientras los empleados del hotel, un establecimiento de lujo situado junto a la playa, les registraban y les asignaban sus habitaciones. "Se han empezado a escuchar tiros por todos los lados. Y mucho ruido de cristales. Y en ese momento, varias explosiones", explicó anoche, ya refugiado en el consulado español, el testigo del ataque. La entrada del hotel quedó regada de cristales. Parte de la recepción se incendió.

La presidenta y sus acompañantes se tiraron al suelo justo detrás de la recepción y junto a un bar que había cerca. Pasaron un par de minutos. Dos minutos de pleno caos, de disparos y de muchos gritos. Y de cristales enteros que saltaban por los aires uno tras otro. "Todo fue muy rápido, pero allí no se movía nadie", recordaban.

Los propios empleados del hotel indicaron a la delegación española que saliera del hall del hotel por un lateral y que se refugiara en las cocinas. La presidenta estaba junto al alcalde de Majadahonda. Los dos salieron a gatas y llegaron a la cocina. "Todo era silencio. Allí nadie hacía ningún comentario, sobre todo, por el miedo ante lo que estaba pasando", rememoraba el hombre. La presidenta, afirma, mantuvo la serenidad en todo momento. Después los empleados del hotel les dijeron que pasaran a una sala contigua donde podrían estar más seguros. Tan sólo hacía algún comentario: "¡Qué barbaridad! ¡Qué barbaridad!". "Estábamos muy preocupados, porque pensábamos que los terroristas podrían entrar en el hotel e ir a por nosotros, los turistas. Nadie se podía mover". La suerte se le volvió a presentar de cara a la presidenta, que también salió ilesa de un accidente de helicóptero hace tres años en Móstoles.

Las explosiones y los tiros dividieron a la delegación madrileña. Otra parte salió a gatas por la puerta del hotel y se refugió en un malecón cercano que había en la playa y que, supuestamente, estaba vigilado por la policía. Mientras, se repetían las explosiones y el ruido de sirenas unido al cruce de coches en medio de la calle iba en aumento. "Los empleados han apagado el incendio de recepción antes de que fuera a mayores", explicó el colaborador de la presidenta. Algunos vieron que había una puerta trasera para huir, pero dudaron si era seguro salir o no. Prefirieron esperar un tiempo prudencial, ya que los disparos no cesaban en el exterior. Al final salieron a toda velocidad y se colocaron a unos 100 metros del hotel, en una zona que creyeron segura. Cuando pudieron tranquilizarse, llamaron desde sus teléfonos móviles a uno de los conductores de la delegación. A los pocos minutos llegó el vehículo y se subieron Esperanza Aguirre, Narciso de Foxá y el director de gabinete de la presidenta, entre otras personas. El coche salió a toda velocidad en dirección al aeropuerto para garantizar su seguridad. Fue en este sitio donde ya contactaron con el Consulado de España en Bombay.

La rapidez con la que salió la delegación madrileña hizo que los equipajes se quedaran en la puerta del hotel. Algunos de los integrantes se dejaron incluso los pasaportes en la recepción.

Fuentes del Gobierno regional informaron en la madrugada de hoy que había 10 españoles retenidos en el malecón. Estaban la directora de comunicación de la Comunidad de Madrid, Isabel Gallego; el fotógrafo de Esperanza Aguirre, Carlos Iglesias; el presidente de la Cámara de Comercio, Salvador Santos Campano; su jefa de prensa, Covadonga Fernández; el cónsul de España en Bombay, dos cámaras de televisión, un trabajador de la empresa Promomadrid y un asesor de la Cámara de Comercio. Alrededor de la medianoche en Madrid (cerca de las cinco de la madrugada en Bombay) los mensajes de teléfono móvil reflejaban la angustia de los 10 atrapados. "Hace diez minutos que acabamos de oír otra explosión. Pasaremos la noche en el malecón". "Ha sido un horror. Estamos bien", explicaba otro mensaje de delegación madrileña.

La Embajada de España en India mostró su preocupación por el estado de los atrapados en el malecón: "Les hemos dicho que se dirijan cuanto antes al consulado español, donde los alojaremos por la noche y a primera hora los enviaremos en un vuelo hacia España".

Mientras, dos de los empresarios de entre los 15 que habían acompañado a la presidenta durante el viaje de cuatro días que buscaba la promoción de las compañías madrileñas en el país, se resguardaban en sus habitaciones del hotel, parcialmente en llamas y tomado por los terroristas.

"Es cierto que una parte del Oberoi está en llamas y ellos saben que hay terroristas ahí, pero hemos hablado por teléfono con ellos dentro de la situación grave están tranquilos", afirmaron desde la Embajada. La policía y el ejército intentaban controlar a los atacantes y evacuar a las personas. Foxá se quedó en Bombay para repatriar el cadáver de su hermano.

La presidenta regional salió en un vuelo de la aerolínea Swissair con destino a Zurich, junto con su jefe de gabinete, Regino García-Badel, y el director de Promomadrid, Jesús Sainz. Está previsto que Aguirre aterrice en el aeropuerto de Barajas a partir de las nueve de la mañana.

El día había comenzado en Bangalore, con una visita a las autoridades y una firma entre la Comunidad y la empresa Infosys Technologies, una de las más grandes en tecnologías de información de India, para que graduados madrileños puedan formarse en sus campus.

Por la noche, y después de que la presidenta hubiera visitado en Bombay una cooperativa de mujeres, se produjo el ataque terrorista. Al menos zonas distintas de la ciudad fueron atacadas.

En algunas con bombas y en otras francotiradores abrieron fuego indiscriminadamente con fusiles automáticos y lanzaron granadas. El balance al cierre de esta edición era de 86 muertos y 250 heridos. Pero la presidenta lograba salir ilesa. Como hace tres años, cuando el helicóptero en el que viajaba con Mariano Rajoy se estrelló en Móstoles. O cuando vivió de cerca el inicio del conflicto entre Israel y Líbano en junio de 2006.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el rey Juan Carlos lograron comunicarse ayer con Aguirre. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y los ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, e Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también hablaron con la delegación.

Información elaborada por Francisco Javier Barroso, Soledad Alcaide y Ana Gabriela Rojas.

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