Desconcierto en el PSOE ante el plan de entrada de Lukoil en Repsol
Zapatero aclara que no intervendrá por tratarse de empresas privadas - El PP lanza una ofensiva en el Congreso contra la venta de la petrolera
La posición del Gobierno ante la posible compra de Repsol por la empresa rusa Lukoil provoca inquietud, nervios y contradicciones en los diputados del PSOE y proporciona munición política al PP, radicalmente en contra de la operación. Los socialistas buscan y no encuentran una posición firme y clara del Ejecutivo.
La inquietud empezó a aflorar el lunes por la tarde en la reunión de la Permanente del Grupo Socialista, en la que participan los 30 portavoces de las distintas comisiones. El asunto provocó un intenso debate en el que hubo diputados a favor de actuar para impedir la operación y otros en contra, pero la mayoría coincidió en lamentar la falta de información por parte del Gobierno y, sobre todo, la indefinición de la posición oficial del Ejecutivo y del partido. Su conclusión es que con esa ambigüedad se estaba proporcionando espacio político al PP y se dañaba la imagen del Ejecutivo en su actuación frente a la crisis.
No se informó de la postura oficial en la reunión de los socialistas el lunes
No hubo en la reunión información de la versión oficial del Gobierno ante la operación. Los máximos responsables del Grupo, José Antonio Alonso y Ramón Jáuregui, pidieron a su equipo que apoyen al Ejecutivo con la confianza de que maneja toda la información. La responsable de Economía, Inmaculada Rodríguez Piñeiro, explicó al resto de portavoces los pros y los contras de la operación, sin terminar por decantarse por unos o por otros. Eduardo Madina, por ejemplo, lamentó que no sabía qué decir sobre el asunto cuando le pregunten en una tertulia. Hubo hasta quien planteó un decreto similar al plan de rescate de la banca, esto es, que el Estado le compre a Sacyr sus acciones de Repsol.
A la reunión de ayer del plenario del grupo socialista los diputados llegaron con idéntica inquietud, pero sólo uno de ellos planteó el asunto abiertamente: Manuel de la Rocha, dirigente de la corriente Izquierda Socialista y vinculado a UGT. Invocando los principios de la socialdemocracia pidió que el Gobierno compre a Sacyr sus acciones de Repsol, interviniendo de forma temporal para impedir la entrada de la empresa rusa. Dijo hablar en nombre de otros diputados socialistas, pero ninguno más intervino para apoyarle. Le respondió Alonso para insistir en la petición de confianza y apoyo al Gobierno y parece que tuvo éxito porque De la Rocha se dio por conforme y nadie más pidió la palabra. El despiste es tal que diputados socialistas como Rafael Simancas y José Antonio Pérez Tapias han escrito sendos artículos estos días con una tesis similar a la de De la Rocha, mientras que otros muestran en privado el rechazo a una intervención así por considerar que supondría un rescate indirecto de la constructora Sacyr, difícil de explicar a los ciudadanos.
Después de todas estas críticas, Zapatero ofreció la explicación más detallada hasta el momento sobre su posición, al menos para descartar cualquier intervención con dinero público, aunque no aclaró si le parece bien o mal la venta a Lukoil. También dio a entender que no la frenaría si llega a producirse por ser un asunto entre empresas. "Descarto absolutamente que vaya a haber ningún tipo de intervención pública ni de toma de participación de acciones, por la SEPI o por cualquier otro organismo. Me sorprende que algunas de las voces que se reputan más liberales son las que piden que intervengamos", dijo en referencia al PP.
Los populares han hecho de este asunto el eje de su estrategia esta semana. Mariano Rajoy cree haber encontrado un flanco débil en el Gobierno, y su partido se dedica a exigir al Ejecutivo que pare la operación "por todos los medios". Ayer buscó la manera de hurgar en la herida y sometió a debate en el Congreso una moción instando al Gobierno a impedir que la entrada de empresas extracomunitarias en empresas energéticas ponga en riesgo el suministro. El PSOE intentó una enmienda transaccional para que se valore cada caso, pero, ante la falta de acuerdo fue sometida a votación y rechazada la propuesta del PP. El PP se quedó sólo en la votación y escuchó cómo todos los grupos le reprochaban que privatizara Repsol, una empresa que ahora considera estratégica.
La ofensiva del PP seguirá hoy con la pregunta directa de Rajoy a Zapatero y la petición de comparecencia de los responsables de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Manuel de la Rocha Rubí
- Lukoil
- Corrientes políticas
- Izquierda socialista
- Consejo administración
- Declaraciones prensa
- IX Legislatura España
- Grupos parlamentarios
- Sacyr
- Repsol
- Congreso Diputados
- Rusia
- Suministro petroleo
- Petroleras
- PSOE
- Petróleo
- Suministro energía
- Europa este
- Legislaturas políticas
- Relaciones económicas
- Combustibles fósiles
- Partidos políticos
- Parlamento
- Política económica
- Política exterior