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El rector, en manos de los profesores

El cuerpo docente se antoja clave para las elecciones de diciembre - El personal administrativo, desencantado, y el alumnado ignora o boicotea a los candidatos

Los cerca de 5.000 profesores e investigadores censados en la Universidad del País Vasco (UPV) apenas representan el 10% de las personas con derecho a elegir rector en los comicios del próximo 4 de diciembre. Sin embargo, son prácticamente los únicos que acudirán a las urnas pensando en el futuro de una institución con la que se identifican y de la que sienten orgullo, o al menos les gustaría sentirlo.

El alumnado es la razón de ser de la universidad. El personal de administración y servicios (PAS) posibilita que un centro tan grande y complejo no se pare. Sin embargo, la campaña electoral no ha ilusionado a ninguno de ellos. La mayoría de estudiantes no se interesan por el proceso, y una minoría lo boicotea. Los trabajadores, frustrados por unos elevados índices de eventualidad, se muestran desencantados después de décadas escuchando promesas de estabilización. Por si faltara algo, los dos candidatos se ven obligados a llevar escolta por las amenazas recibidas.

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Un paseo por el recinto universitario más grande y efervescente, el de Leioa (Vizcaya), permite escuchar entre pasillos conversaciones paradigmáticas para resumir la actitud de cada estamento universitario. En la Facultad de Ciencias Sociales y de la Información, tres profesoras comentan al detalle las propuestas de la candidata Marisol Esteban, que esa mañana ha visitado el centro. "Con que cumpla una décima parte de lo que nos ha contado, me doy con un canto en los dientes", dice una. En Bellas Artes, una secretaria deja clara su principal inquietud cuando una docente le dice que asistirá a la reunión convocada por Esteban esa tarde: "¿No quiere rejuvenecer la plantilla? ¡Dile que me prejubile!".

En el autobús de vuelta a Bilbao, una estudiante se queja de la chapa que le ha metido uno de sus profesores, miembro de la plancha de Iñaki Goirizelaia. "Que si votemos, que si mira lo que dice el Consejo de Gobierno... ¿No se da cuenta de que nos da igual, y más a las 9 de la mañana?"

Los programas de ambos candidatos evidencian su deseo de motivar tanto al PAS, uno de los que más castigó en los comicios de mayo al actual rector Juan Ignacio Pérez, como al alumnado, del que sólo un 3% se decidió a votar. Los dos aspirantes prometen oposiciones, contrataciones, procesos de promoción interna y de formación para los trabajadores. Propuestas jugosas para los estudiantes como alquilarles apartamentos a bajo coste, facilitarles la compra de un ordenador portátil o bajar el precio del transporte público.

Sin embargo, a las personas consultadas no parece haberles seducido dichas propuestas. El escepticismo es la nota dominante. "No creo que cambie mucho mi situación porque gane uno u otra. En mayo todo el mundo tenía alguna queja para votar 'no' a Pérez. Ahora no sé qué pasará", comenta Berna, un trabajador de apoyo multimedia en la Facultad de Ciencia y Tecnología. Cecilia, administrativa en Sarriko, analiza las actitudes respecto a cada programa: "Las OPEs que promete Goirizelaia eran una deuda, pero la última no se llevó bien. Que Esteban proponga un vicerrectorado de PAS suena bien, pero no sé qué contenido le dará, porque las competencias son del gerente".

El único contacto con la campaña electoral de los estudiantes son los carteles pegados por Ikasle Abertzaleak (IA), que se ha encargado con eficacia de quitar los oficiales. El sindicato pide la abstención, califica a Goirizelaia de "español", a Esteban de "fascista" y arremete contra ambos por defender el Proceso de Bolonia. "Sólo conozco a los candidatos por esos carteles. ¿Qué proponen?", pregunta Igor, estudiante de Biología. Después de escuchar atento algunas propuestas, sentencia: "Me parecen medidas populistas. Hace falta una reforma integral de los planes de estudio. Lo que más me preocupa son las becas, la aplicación de Bolonia y los servicios en general".

Los boicoteos de IA han caldeado el ambiente en una campaña electoral que empezó tibia, coinciden varios profesores. Sin embargo, son los docentes quienes más detectan las consecuencias del inédito periodo de interinidad que abrió en mayo el fracaso electoral de Pérez, que concurrió sin adversarios. El rector detalla, en declaraciones a EL PAÍS, que la situación de excepción ha supuesto parar la reforma de los títulos de grado, el plan de jubilaciones, el proyecto presupuestario para 2009 y las contrataciones de personal. "No se nota mucho porque la universidad tiene una inercia enorme, pero el efecto negativo de esta situación aflorará dentro de un par de años", defiende.

Javier Meana, investigador de la Facultad de Medicina, aprecia malestar entre sus compañeros por algunos de esos retrasos: "Nos hemos quedado retraídos en la implantación de posgrados oficiales, donde la UPV iba muy por delante. La falta de contrataciones ha sobrecargado a los docentes, más ahora que hay que dar clases en grupos reducidos". La incógnita, en su opinión, es a cuál de las dos candidaturas pasará factura la situación de impasse: "A Esteban por promulgar el 'no' en mayo o a Goirizelaia como miembro de un equipo que no ha querido estirar su capacidad de gestión".

Un grupo de profesores se dispone a votar en las elecciones claustrales del pasado mes de junio.
Un grupo de profesores se dispone a votar en las elecciones claustrales del pasado mes de junio.L. A. GARCÍA

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