Deudas, tijeretazos y Medicina en la Católica
Las relaciones entre las universidades públicas y la Generalitat nunca han sido fáciles. En los últimos dos años, sin embargo, la tensión ha alcanzado picos de intensidad muy graves, debido, sobre todo, a la intención, defendida desde la misma Consejería de Educación, de reducir en un 25% los fondos que las facultades destinan a gastos ordinarios, los que sirven para pagar a los profesores y la factura de la luz.
Una cronología corta de los conflictos universitarios arranca con la decisión, perfilada en 2006, de crear la Universidad Internacional Valenciana (VIU en inglés, un ente privado, financiado con fondos públicos) y presionar a los rectores para que se sumaran a ella. El desacuerdo se inició entonces y se mantiene. La cronología termina esta semana, con la gran manifestación contra el proceso de Bolonia, una movilización de carácter estatal (la convocatoria era de hecho europea) y cuyo primer objetivo es el Gobierno que acabó, sin embargo, asediando el Palau de la Generalitat.
No fue casual. Los organizadores sabían que el Consell es el encargado de autorizar la implantación de las nuevas carreras adaptadas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES); y que tiene las llaves de la financiación, que los manifestantes quieren que siga siendo netamente pública.
La financiación, sin embargo, no ha levantado por sí misma ninguna movilización parecida a la de Bolonia. A pesar de que la cuestión es grave. Con la llegada de Camps a la Generalitat, las universidades perdieron el marco estable para la asignación de fondos. Ese caos acabó provocando una gigantesca deuda que el Consell decidió finalmente aplazar hasta 2023, por un importe que, intereses incluidos, asciende a 900 millones de euros. En cinco años el sistema valenciano ha perdido terreno respecto al resto de comunidades autónomas, y ha visto frenado el crecimiento de sus parques científicos, llamados a conectar a la empresa y la universidad.
Hay que sumar el enfrentamiento por el trato de favor dado por el Consell a la Universidad Católica de Valencia al concederle Medicina cuando las demás tenían prohibido pedir nuevas carreras, un episodio que incluso le escoció al CEU.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Educación ciudadanía
- EEES
- Consejerías autonómicas
- VII Legislatura Comunidad Valenciana
- Parlamentos autonómicos
- Comunidades autónomas
- Generalitat Valenciana
- Gobierno autonómico
- Materias educativas
- Administración autonómica
- Unión Europea
- Comunidad Valenciana
- Política autonómica
- Organizaciones internacionales
- Parlamento
- España
- Sistema educativo
- Relaciones exteriores
- Administración pública
- Educación
- Política
- Civismo
- Sociedad