_
_
_
_
NO FUNCIONA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Espacios privatizados

En el distrito de Les Corts, en Barcelona, hay una sede a la que acuden la concejal y otros cargos y funcionarios, también ciudadanos, aunque eso importa menos. Pese a que el Consistorio recomienda que la gente se mueva en transporte público, hay una amplia reserva de plazas para aparcamientos de coches privados: no coches oficiales para realizar funciones municipales, sino coches privados de ciudadanos privados, por más empleados públicos que sean. Claro, las plazas no cubren la demanda, según anota R. C., que vive muy cerca y que contempla día a día cómo otros ciudadanos acaban pagando en zonas verdes o azules o aparcamientos de pago. Así es la vida: lo ancho para el cargo público, lo estrecho para el ciudadano.

Pero, anota R. C., que lo que tiene más salsa es ver que justo delante del edificio del distrito hay una plaza reservada para una persona con movilidad reducida, ocupada por un coche que tiene una cartoncillo de empleado del distrito. Este diario acudió un día cualquiera y allí estaba la plaza reservada para un coche con un número de matrícula harto diferente del de la reserva. Eso sí, tenía el cartoncillo oficial de empleado municipal.

Un portavoz del distrito dio cabal explicación: la plaza está anulada y será reconvertida en azul o verde, aún no se ha decidido. ¡Qué cosas! ¿Por qué sigue allí una placa con un número? Los asuntos del Consistorio van despacio, pero "está en proceso". Mientras, no es cierto, contra lo que señalan los sentidos del lector que lo ve a diario, que allí aparquen empleados públicos. El pillado ese día estaba por casualidad, por un asunto urgente, eso sin contar con que no molestaba a nadie porque la persona que necesitaba la reserva de aparcamiento ya no la necesita. Que sólo lo sepan los empleados del distrito y quizá eso dilate que la placa siga allí es pura especulación malintencionada.

Para quejas sobre las administraciones y empresa públicas pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atención de Francesc Arroyo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_