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Hallazgo excepcional, presentación precipitada

El director de la excavación del yacimiento romano de Veleia, Eliseo Gil, se quejó ayer de que se criticara la autenticidad de unas piezas cuya investigación no había concluido, como corresponde, con el artículo en una publicación científica de referencia. Quizás, si en junio de 2006 no las hubiera presentado él mismo ante los medios de comunicación, no se habría llegado a este punto. Sobre todo, porque los hallazgos superaban el tenor de lo que hasta la fecha había ofrecido Veleia: ajuar doméstico y joyería, mosaicos, instrumentos y herramientas, en fin, huellas de la vida cotidiana en una ciudad romana.

Pero en esa primera comparecencia en el Museo de Arqueología de Álava, se aportaron palabras en euskera como "Zuri, Urdin, Gori" ("blanco" -"grisáceo" en euskera antiguo- "azul", "rojo"); "Urdin, Isar"; "Edan, Ian, Lo" (beber, comer, dormir); "Ian ta Edan" (comer y beber), datadas entre el siglo III y el V. Hasta entonces, la primera referencia escrita en lengua vasca eran las crípticas glosas de San Millan de la Cogolla: "jzioqui meruimur" y "guec ajutuezdugu". Una semana después, en un hotel, se presentaron sorprendentes hallazgos sobre la presencia cristiana en el Pais Vasco, con un calvario cristiano con Jesús en la cruz, acompañado de los dos ladrones y su madre, de la misma época. Entonces, comenzaron a surgir las dudas, sobre todo en torno a las palabras en euskera. Uno de los que cuestionaron en principio la validez de estos descubrimientos fue el catedrático de Lingüística Joaquín Gorrochategui, que participó en la presentación de las piezas junto al recientemente fallecido Henrike Knorr, catedrático de Filología Vasca y principal avalista, quizás por su amistad con Eliseo Gil, de la autenticidad de los restos arqueológicos.

Las dos presentaciones se realizaron sin el respaldo necesario de un estudio científico. Eliseo Gil y su equipo lo asumieron desde el primer momento y pidieron tiempo, pero la polémica estaba abierta. Al hacerse públicos estos "hallazgos excepcionales", como se calificaron, todo el mundo académico, aficionados y frikies de la arqueología se mostraron dispuestos a debatir sobre el asunto.

Incluso el anterior diputado de Cultura, Federico Verástegui, cayo cautivado por aquel minuto de fama. Con la llegada de Lorena López de Lacalle, se puso en marcha la comisión de investigación con los resultados conocidos. Ayer, Eliseo Gil insistió en que cuenta con investigadores que avalan la autenticidad de los descubrimientos y citó a tres: Ángel Morillo Cerdán, Emilio Illarregui y Carmen Fernández Ochoa. Y recalcó que la investigación no ha concluido.

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