Los partidarios de Ortega toman la calle a la fuerza
Grupos radicales tratan de reventar marchas opositoras en Nicaragua
Los grupos afines al Gobierno de Daniel Ortega se han adueñado de las calles de Managua. En varias zonas de la capital de Nicaragua, simpatizantes del sandinismo requisan automóviles, impiden el acceso de la prensa y complican la libre circulación de los ciudadanos por los puntos donde se organizan las protestas de la oposición. La situación se ha vuelto más tensa después de que los opositores organizaran una serie de marchas que empezaron el domingo en León (oeste), y que iban a continuar ayer con una protesta en la capital. Finalmente, la marcha convocada por el líder liberal y candidato a la alcaldía de Managua, Eduardo Montealegre, para denunciar un supuesto fraude electoral, no se celebró, debido al bloqueo de los sandinistas.
En las calles de Managua se han levantado controles sandinistas
Seis policías han resultado heridos por los choques violentos
La tarde del lunes, muchos ministerios fueron vaciados por "órdenes superiores", que orientaron a sus empleados a unirse a los simpatizantes del Gobierno. Exigen al Consejo Electoral que declare al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ganador de las elecciones municipales celebradas el pasado día 9.
La tensión y la incertidumbre habían aumentado en las horas previas. La mayoría de empresas privadas autorizaron a sus empleados a asistir a la marcha y contabilizaron el día como de vacaciones. Grupos afines al Gobierno aparcaron autobuses en las calles donde debía desarrollarse la protesta para intentar ahogarla, al igual que ya hicieron en León, donde hombres con garrotes, machetes y armas de fuego cercaron la sede de campaña de la opositora Alianza Liberal.
Montealegre, que reclama el triunfo en Managua, llamó a sus simpatizantes y a los ciudadanos a sumarse a la protesta de ayer. Finalmente, unas 500 personas acudieron a la marcha convocada a las dos de la tarde (nueve de la noche en la España peninsular) en el centro de la ciudad, pero ésta se limitó a un mitin. El líder opositor tuvo que salir protegido por la policía antidisturbios del cerco de cientos de sandinistas armados con garrotes, piedras y morteros caseros.
Después de que la concentración se dispersara, comenzaron los enfrentamientos entre simpatizantes del FSLN y antidisturbios. Varios periodistas fueron agredidos.
La violencia en Managua continúa. Varias avenidas centrales seguían anoche bloqueadas. Simpatizantes del Gobierno mantenían tomadas las principales rotondas y zonas céntricas. Montealegre aseguró en su discurso que mantendrá las protestas hasta que el Consejo Supremo Electoral realice el conteo en aquellos municipios en los que la oposición considera que hubo fraude.
El clima de tensión está afectando a la vida diaria. Algunas universidades han suspendido temporalmente las clases, y el comercio comienza a resentirse de los efectos de las protestas, porque muchos negocios cierran más temprano de lo normal.
El lunes, la policía ya tuvo que socorrer a Montealegre después de que simpatizantes del Gobierno impidieron un acto en el que quería presentar las actas que supuestamente demuestran el fraude electoral en la capital.
La policía ha evitado hasta ahora que los enfrentamientos deriven en muertos. Seis agentes han resultado heridos. El comisionado general Horacio Rocha, subdirector de la policía, aceptó el domingo en León que la institución había sido desbordada y que la crisis es un problema político y no policial. La jefa de la policía nacional, primera comisionada Aminta Granera, dijo ayer que la prioridad de los agentes es proteger la vida de las personas.
"Comprendo la frustración de los sectores de la población que no pueden hacer uso de su derecho a movilizarse. En esta complejidad en que estamos, tenemos que actuar con una dosis de temple, de responsabilidad para evitar un baño de sangre en Nicaragua. Los problemas políticos no deben resolverse a través de la fuerza policial", afirmó Granera.
El Departamento de Estado de EE UU ha recomendado a sus ciudadanos no visitar Nicaragua por "la violencia postelectoral". Su Consulado en Managua se mantuvo cerrado ayer. La crisis también ha tenido repercusión en Europa: la comisaria de la UE de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, emitió un comunicado en el que expresa su preocupación por la violencia, e instó a las autoridades a "asegurar la completa transparencia de los resultados".
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