La necesidad de una ley específica

La socialista Marisol Soneira y el popular José Manuel Castelao coinciden en una cosa: la solución definitiva al problema de la nacionalidad pasa por el debate y aprobación de una ley específica que saque la ciudadanía del Código Civil. "Mientras no optemos por una ley de nacionalidad", explica Soneira, "siempre nos vamos a encontrar con estos pequeños grupos" que se quedan fuera. El representante del PP está de acuerdo, porque "se viene haciendo, en materia de nacionalidad, una verdadera chapuza". Según Castelao, España es, con San Marino el Vaticano, el único Estado que carece de una Ley de Nacionalidad que regule esta cuestión".

A partir del 28 de diciembre, y por un período de dos años prorrogable un tercero, quienes sí cumplan los requisitos fijados por la ley podrán tramitar su petición, lo que obligará a reforzar los consulados, especialmente en Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela.

La recuperación de la nacionalidad por parte de los descendientes de españoles que, por diversos motivos, perdieron el vínculo ciudadano con su tierra de origen se convirtió en uno de los argumentos electorales de la campaña y la precampaña de las últimas elecciones generales.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, fue objeto de las críticas del PP (y también del BNG) cuando anunció la medida ante 1.500 personas en un mitin convocado hace un año en Buenos Aires. Lo mismo ocurrió con el entonces ministro de Asuntos Sociales, Jesús Caldera, que poco antes de las elecciones explicó a los emigrantes que gracias al Gobierno todos los nietos de españoles de origen tendrían la oportunidad de conseguir la nacionalidad española.