Más de 20.000 nietos de emigrantes no podrán recuperar la nacionalidad
Las solicitudes de ciudadanía podrán presentarse a partir el 28 de diciembre
Más de 20.000 nietos de emigrantes gallegos se quedarán fuera de la reforma que permite recuperar la nacionalidad a la mayoría de los descendientes de españoles que abandonaron el país por razones económicas. Ese es el cálculo que hace la Secretaría Xeral de Emigración a partir de la información que maneja y de las estimaciones de la Vicepresidencia del Gobierno. El departamento que dirige Teresa Fernández de la Vega calcula que la cifra de potenciales beneficiarios alcanza las 500.000 personas para el conjunto de España. De ellos, aproximadamente 130.000 son gallegos.
El Consejo de Ministros aprobó hace dos semanas una instrucción para resolver las dudas que existían acerca de cómo interpretar la disposición transitoria incluida en la Ley de la Memoria Histórica para devolver la nacionalidad a los descendientes de exiliados y, de paso, extender ese derecho a la tercera generación de quienes dejaron España por motivos económicos.
El PP considera "imperdonable" aprobar una norma que se sabe injusta
El responsable de Emigración de la Xunta, Manuel Luis Rodríguez, asegura que las instrucciones cumplen el mandato derivado de esa ley y del Estatuto de la Ciudadanía Española en Exterior, pero reconoce que "no es una normativa de totalidad" porque no resuelve todos los casos. La aplicación generosa de la condición de exiliado va a resolver el problema de los nietos cuyos abuelos emigraron entre 1936 y 1955, pero no en todos los casos si se marcharon antes o después de ese período.
La puerta de la nacionalidad seguirá cerrada, por ejemplo, para quienes sean nietos de abuelos que perdieron la nacionalidad española antes de que sus hijos nacieran. "Hijos de emigrantes que perdieron la nacionalidad y no la recuperaron nunca, con lo cual su descendencia no nace de padre español, explica Rodríguez. Ese sería uno de los "muchísimos" supuestos que, según el secretario general, pueden darse y que son muy diversos: porque no se asumió la ciudadanía al llegar a la mayoría de edad o porque se ejerció como militar en algún país de acogida no autorizado por el Código Civil, por poner sólo dos ejemplos. La casuística es tan variada que puede darse situaciones opuestas entre miembros de la misma familia.
Aunque ahora ya no hay tiempo para retocar la norma, Rodríguez no cierra la puerta una modificación que, en el futuro, solucione el problema de quienes se van a quedar fuera. No obstante, asegura, cualquier iniciativa deberá tomarse en función "de la demanda y de la realidad". A partir de agosto o septiembre del año que viene se podrá hacer una evaluación más precisa de los casos que se quedan fuera, explica el responsable de emigración de la Xunta. De la misma opinión es la diputada socialista Marisol Soneira, responsable de Emigración en su partido, según la cual será la experiencia la que muestre qué da de sí la reforma.
Soneira cree que la ley permitirá recuperar la nacionalidad "a muchísima gente", pero reconoce que hay casos, anteriores o posteriores al período 1933- 1955, que se quedarán fuera. "Es una parte que, sinceramente, creo que va a ser residual", asegura. La diputada socialista admite que se quedaran fuera los nietos de españoles que emigraron a finales del XIX y comienzos del XX, pero, en su opinión, "esos no son los que van a pedir la nacionalidad". "Los que van a quedar fuera serán muy pocos en la práctica".
José Manuel Castelao, el portavoz del Emigración del PP, no disimula su enojo. "Cuando uno dicta una ley o unas instrucciones como estas, y ya cuando lo hace sabe que está cometiendo una injusticia, es imperdonable", asegura. Se quedan fuera los que marcharon antes de 1993 y los que se fueron después de 1995 y el Gobierno central y la Xunta actúan "como si nos hubiese tocado la lotería", exclama. Y se subleva cuando escucha a los socialistas minimizar la cifra de perjudicados. "¡Aunque fuera uno! Si son pocos casos, ¿para qué dejarlos fuera? ¿Qué le decimos al que se queda fuera?", se pregunta. "Sería tolerable si se encontraran esa situación después, pero no cuando ya saben que va a pasar".
El diputado nacionalista Iago Tabarés deja también constancia del descontento del BNG por una medida que no resuelve el problema a todos los nietos de emigrantes gallegos. "La ilusión que se generó" en el exterior no se va a cumplir. Tabarés recuerda cómo el ex ministro Jesús Caldera jugó con esta promesa durante la última campaña electoral y criticó la solución del Gobierno de tramitar la reforma vinculándola al exilio.
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