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UGT advierte en Ford de la gravedad de la crisis, pero llama al optimismo

La preocupación era visible en los rostros de la gran mayoría de los asistentes a la asamblea convocada por la Unión General de Trabajadores del País Valenciano (UGT-PV) celebrada ayer por la mañana en la Casa de Cultura de Almussafes. Preocupación por la crisis y por sus repercusiones en la cercana planta de la empresa automovilística Ford. Más de un millar de personas, en su mayoría trabajadores de la fábrica que la multinacional tiene en esta localidad de La Ribera, acudieron a la cita. Y aunque la reunión había sido convocada hace varias semanas para debatir tanto la situación de la planta como el estado de la negociación del próximo convenio colectivo, lo cierto es que el debate se centró en las recientes noticias de expedientes de regulación de empleo, recortes de producción y planes diversos que se anuncian en otras empresas del sector en todo el mundo. Y, naturalmente, en su traslación a la factoría de Almussafes.

La preocupación se basa en la convicción de que la cosa va en serio, de que la crisis económica puede tener efectos dramáticos, no solo en la planta de Ford en Almussafes, sino en muchas otras empresas del sector en toda Europa. Pero desde UGT se quiere evitar el pesimismo. Quizá por eso, ayer, a las puertas de la casa de Cultura de Almussafes se podían ver dos unidades del nuevo modelo Fiesta que Ford tiene previsto empezar a producir en su planta valenciana a partir del próximo mes de enero. Era un mensaje dirigido a los trabajadores que concordaba con lo que los dirigentes de UGT, sindicato mayoritario en la Ford de Almussafes, con Gonzalo Pino al frente, expusieron en el interior. Convencida de que la crisis es global -Alemania ya está en recesión y España también va a entrar y hay que mirar lo que sucede en Volkswagen y en Seat- UGT hace una llamada a la unidad de los trabajadores con un mensaje claro: lo importante son los puestos de trabajo; en todo lo demás se puede ceder.La masiva asistencia a la asamblea celebrada ayer en Almussafes desbordó las previsiones de UGT. Eso "demuestra que la gente empieza a vivir la situación de crisis como algo muy real", declaró Gonzalo Pino, quien explicó que trató de "trasladar" esa realidad a los trabajadores de Ford. "Y eso es cruel, porque la realidad es cruel, pero al mismo tiempo hay que ser optimistas, nos toca serlo", añadió Pino, quien durante la asamblea, en referencia a las dos unidades del nuevo Fiesta aparcadas a la puerta del local, dijo: "Ahí fuera hay algo que nos tiene que hacer tener ilusión; hay motivos para ser optimistas".

"Somos la mejor planta de Ford del mundo y cuando la actual crisis empiece a repuntar tenemos que estar en las mejores condiciones", alentó el dirigente de UGT, quien explicó que estamos en una situación que no se había dado en décadas, y que lo más importante es que no se pierdan puestos de trabajo. En todo lo demás, vino a decir, se puede ceder.

Todo ello sin dejar de reconocer que la crisis va a golpear duro. "Seguro que lo vamos a pasar mal", explicó Pino, quien expuso a los trabajadores la propuesta de plataforma para el próximo convenio colectivo. Éste incluye sus propias herramientas de flexibilidad, a través, sobre todo, de los llamados "días de jornadas industriales". Se trata de jornadas que computan como vacaciones y en las que sólo se trabaja si hay producción. UGT propone a la dirección de Ford que emplee ahora todos los días industriales que sumaría cada trabajador a lo largo de los cinco años de vigencia que pretenden para el nuevo convenio, y que serían 20 jornadas, para "ajustarse a la demanda" y evitar nuevos expedientes de regulación.

"La empresa conoce nuestra intención y queremos recordarle al presidente de la compañía que puede utilizar esa posibilidad", aseguró Pino, cuya propuesta logró el apoyo masivo de los asistentes: solo dos de los más de 800 trabajadores que votaron al concluir la asamblea de ayer lo hicieron en contra de la propuesta del sindicato, y únicamente se registraron dos abstenciones.

Desde CC OO, su responsable en la factoría de Ford en Almussafes, Miquel Rosaleny, reconoció: "Todos nos vamos a tener que replantear el convenio colectivo". El sindicalista añadió que no es posible "seguir aferrándose a un convenio firmado en una situación que no era la de ahora, hay que renegociar el convenio en un marco de crisis".

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Un millar de personas asistieron ayer a la asamblea convocada por UGT para hablar de la situación de la planta de Ford en Almussafes.
Un millar de personas asistieron ayer a la asamblea convocada por UGT para hablar de la situación de la planta de Ford en Almussafes.SANTIAGO CARREGUÍ

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