Quintana propone el alza salarial y la intervención pública en la economía

El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, propuso ayer la subida de los salarios como medida "básica y fundamental" para salir de la crisis económica mediante el impulso al consumo. Quintana hizo esta declaración en Ourense, iniciando así la campaña del BNG en demanda de mayor autogobierno para superar la crisis en Galicia.

"Es necesaria la intervención pública y promover entre todos un nuevo modelo económico que tenga en cuenta a los que trabajan duro", explicó el portavoz nacional del BNG tras referirse a la situación de los empleados de Citroën [que suprimirá desde enero un turno de noche en el que trabajan 900 personas].

La propuesta del BNG hecha pública por Quintana se presenta como contraposición al "modelo que tuvimos hasta ahora, basado exclusivamente en la especulación" y está encaminada a "fomentar el consumo y romper la dinámica perversa" del modelo neoliberal.

La dirección de PSA evita pronunciarse sobre qué pasará el año que viene

El vicepresidente de la Xunta intentó lanzar un guante a los empleados afectados por la reducción laboral de la factoría viguesa comprometiendo "todo el apoyo competencial e institucional de la Xunta", pero no se mostró muy optimista sobre la eficacia. "Seguro que con todo lo que hacemos y lo que haremos, no podremos evitar la crisis". "Como es lógico, la Xunta tiene limitadas competencias", justificó.

El paliativo que propone el portavoz nacional del BNG para la etapa de crisis incluye la creación del Instituto de Crédito Oficial gallego. Tras la marcha atrás del presidente de la Xunta respecto a la idoneidad de este organismo, Quintana se reitera en su posición. "No lo presentaba como medida para polemizar, sino como algo ilusionante y positivo", destacó y reiteró su propuesta de que el ICO gallego unifique todos los instrumentos de acompañamiento empresarial que tiene la Xunta y los una al esfuerzo de las cajas de ahorro en la participación en el capital riesgo.

Por otra parte, en Vigo se sucedieron ayer las reacciones al anuncio de recortes de la multinacional francesa. La incógnita ahora está en la industria auxiliar, cuyos portavoces mantienen un mutismo absoluto sobre las consecuencias que tendrá el parón en la producción de coches. Los sindicatos hacen números y calculan que la pérdida será de 2.000 empleos en las próximas semanas.

La dirección de PSA insistió en que las previsiones de producción del año próximo "dependen de cómo evolucione el mercado", y evitó llegar a ningún compromiso con el comité de empresa sobre la vuelta al trabajo en la línea nocturna que se suspenderá en enero.

A demás, continúa el goteo de expedientes de regulación de empleo. Ayer mismo se presentó en Madrid el de Dalphimetal, que fabrica airbags en Vigo. Se trata de una medida temporal que afectará a 750 trabajadores en Galicia, y que implica un paro de 40 días en un plazo de seis meses en las dos fábricas de Vigo, y de 20 días en ese periodo en su planta de estructuras de magnesio de O Porriño. Los trabajadores cobrarán en ese periodo la totalidad del salario.

En el capítulo de reacciones desde el ámbito político, además de la expresada por el vicepresidente de la Xunta, el conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, expresó su confianza en que "no se despida a ningún empleado" de Citroën. "De momento", aclaró, "lo que se está planteando no son despidos, sino una regulación interna de su capacidad de trabajo por encima de su plantilla fija".

Para el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, se trata de "la peor noticia" desde el inicio de la "ola de paro, desempleo y caída de la actividad económica". "Cuando no se hace nada, se corre el riesgo de dirigirse vertiginosamente a la nada", aseguró. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, apeló a la "fortaleza" de la economía de la ciudad para "salir del bache".