Más allá del urbanismo, el turismo
'Barcelona Metròpolis' organiza un debate sobre el presente de la ciudad
Los grandes planes urbanísticos, aunque presentes, parecen haber desaparecido de la primera línea de la polémica ciudadana y académica sobre Barcelona. Anoche, en la Fundación Suñol, los temas que centraron el debate organizado por la revista Barcelona Metropòlis (que ha abierto un blog de discusión en su web) fueron el turismo, el fracaso en la gestión de un tráfico en el que el coche sigue siendo el rey y la necesidad de pensar a escala metropolitana, especialmente en los temas relacionados con la vivienda. Entre los ponentes, y eso resultó interesante, hubo ideas dispares. El historiador y arquitecto Josep Maria Montaner abrió el fuego asegurando que el turismo resta calidad de vida a los ciudadanos y que falta una mejor regulación que mitigue los abusos de la presión de autobuses y turistas sobre el espacio público. Según la arquitecta Carme Pinós, el turista "consume con la mirada" una Barcelona de postal, pero no aporta ninguna dimensión profunda a la ciudad, que, señaló, no puede pensarse de cara al turismo, "que además es una cosa frágil que depende de modas". No estuvo de acuerdo en este punto el economista Antón Costas, quien insistió en que debería considerarse la actividad turística como una industria "con capacidad de permanencia en el tiempo". "Hoy es más temporal tener unos altos hornos que una buena capacidad de atracción turística", señaló.
A lo largo del debate, moderado por Joan Subirats, tanto los ponentes como el público destacaron la perspectiva crítica. A juicio de Pinós, en Cataluña hay un exceso de "militancia provinciana" y falta apertura de miras. Muntaner subrayó la pérdida de calidad del espacio público y consideró demostrado el "fracaso del experimento del 22@". Y Costas insistió en que "ha habido un urbanismo inmobiliario exagerado" y un cierto "hostigamiento" municipal hacia la actividad económica. La solución pasaría, dijo, por lograr atraer a profesionales de todo el mundo en diferentes ámbitos. "Hace un tiempo éste era un país meritocrático, por esto vine a vivir a Barcelona, pero ahora ya no estoy tan seguro de que la meritocracia funcione", advirtió Costas.
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