La mayoría de los 'sin techo' son extranjeros y tienen 41 años de media
Cerca de 2.000 personas no tienen casa en Barcelona, según un estudio
Seis de cada 10 personas que duermen en la calle en Barcelona son extranjeras y tienen una media de 41 años, aunque hay una gran mayoría de menos de 35; nueve de cada 10 son varones y cinco llevan más de un año en esa situación, a la que se vieron abocados, principalmente, por falta de trabajo. Hacer un retrato robot de los sin techo de cualquier gran ciudad suele ser una empresa arriesgada porque, por norma general, se trata sólo de estimaciones. Un riguroso estudio efectuado a partir de un recuento de indigentes que dormían en las calles de Barcelona la noche del pasado 11 de marzo aproxima la realidad. 700 voluntarios realizaron encuestas a los indigentes que quisieron contestar, alrededor del 17% de los que estaban despiertos.
El 20% de los 'sin techo' tenían algún trabajo y otro 20% cobraban pensiones
El estudio señala la necesidad de más pisos de inclusión y menos albergues
Aquella noche durmieron aproximadamente unas 900 personas en la calle o en asentamientos, y 955 lo hicieron en albergues, pensiones y pisos de la red asistencial de Barcelona. Tomando como ejemplo esa noche, unas 2.000 personas no tienen techo para cobijarse.
Los distritos de Eixample (26,5%) y Ciutat Vella (23,8%) son los que concentraron más sin techo, seguidos de Sants-Montjuïc (16,7%), Sant Martí (10,7%) y Sant Gervasi (9%). El 89% eran hombres y la edad media resultante fue de 41 años, aunque cerca del 40% estaban por debajo de los 45. Entre ellos había más extranjeros (62,2%) que españoles (algo más del 37%). Entre las nacionalidades de los extranjeros, la que más se repitió (16,3%) fue la rumana, seguida por la marroquí (9%) la polaca (5,2%).
El estudio, encargado por la Obra Social de Caixa de Catalunya y coordinado por la Universidad Complutense de Madrid y la Autónoma de Barcelona, compara algunos datos de la experiencia de Barcelona con la realizada simultáneamente en Madrid, y el resultado evidencia algunas diferencias entre la población que duerme en la calle en las dos capitales. Por ejemplo, en Madrid, el segmento de sin techo de nacionalidad española es mayor que en Barcelona: el 47%, frente al 37%. Otra diferencia es que en Madrid el 62% llevan en esa situación más de un año, y en el caso de Barcelona, el 45%. El 41% llevaba entre un mes y un año. Esa larga duración de la indigencia se atribuye a problemas laborales que se arrastran en los últimos tres años. De hecho, el 24% señala que está en la calle durmiendo por falta de trabajo y el 21% debido a la "falta de dinero", que se asocia a problemas laborales. La construcción (18,7%) y la hostelería y restauración (14,7%) fueron los dos sectores en los que en más ocasiones se desempeñó el último trabajo.
Una ruptura afectiva fue la causa de que acabaran en la calle el 16% de los preguntados. En realidad, son fenómenos que suelen ir acompañados. Uno de los responsables del estudio, Pedro Cabrera, de la Universidad Complutense, explicaba recurriendo al refrán que dice: "Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana". Y otro motivo que se repite es la "falta de papeles". Según las respuestas, cerca del 20% de los sin techo tenían algún tipo de trabajo y otro 20% eran receptores de pensiones y ayudas sociales.
También se les preguntó sobre sus preferencias en cuanto al alojamiento y el 60% se mostraron favorables a pisos compartidos más que a albergues y pensiones, sobre todo pensando en situaciones prolongadas, que suelen ser las más habituales. Ésa es, precisamente, una de las conclusiones que subraya el estudio: la necesidad de aumentar el número de pisos sociales tutelados y, de forma simultánea, programas de inclusión sociolaboral. "Puede parecer un drama que muchos indigentes sea menores de 35 años, pero a la vez es una ventaja porque debería costar menos reintegrarlos social y laboralmente", decía Cabrera. En el caso de Barcelona, la mayor parte de la oferta de plazas es de albergues (574) y pensiones (249), seguidos de los pisos (198). Es prácticamente la relación inversa a la que demandan las personas que duermen en las calles de Barcelona.
En memoria de Rosario Endrinal
"A la memoria de Rosario Endrinal y de todas las personas sin techo que habitualmente viven, y a veces mueren, entre la pasividad y el menosprecio de sus conciudadanos". Es la dedicatoria del libro Qui dorm al carrer?, que recoge el estudio y las conclusiones a las que se ha llegado. Ricard Gomà, segundo teniente de alcalde del Consistorio (ICV-EUiA), también se refirió a la cierta "satisfacción" por la sentencia recaída sobre los autores del crimen de la indigente. El recuerdo a la mujer asesinada fue saludado con aplausos entre los asistentes al acto ayer en el auditorio de la Pedrera. Un público integrado, en su mayoría, por personas que trabajan con los indigentes desde muchas entidades sociales. Es un fenómeno que es bastante característico del modelo Barcelona, que descansa en dos pilares; la red pública municipal y la muy importante de entidades colaboradoras.
Rosario fue asaltada cuando dormía en un cajero, que es donde dijeron que se suele cobijar el 25% de los sin techo que contestaron a las preguntas de los voluntarios. Con todo, el cielo y las estrellas son el techo de la mayoría de indigentes.
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