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Moscú abre una causa penal por las 20 muertes en el submarino

Las víctimas del sumergible atómico fallecieron por asfixia

Pilar Bonet

La falta de respiradores parece perfilarse como una de las posibles causas del accidente que costó la vida a 20 personas el sábado en un submarino atómico de la flota rusa del Pacífico. La nave debía ser entregada a India en régimen de arrendamiento con opción a compra (leasing) para cinco años por 650 millones de dólares (510 millones de euros), según la agencia Ria-Novosti. Las autoridades rusas han abierto una causa penal por negligencia criminal.

El submarino -el K-152 Nerpa, tipo Akula, en terminología de la OTAN- efectuaba pruebas en el mar del Japón cuando se disparó el sistema de extinción de incendios consistente en emisiones de un gas (freón) que elimina el oxígeno. Las víctimas -17 técnicos civiles y tres oficiales de la Armada- perecieron asfixiadas, lo que indica que por alguna razón no lograron protegerse con los respiradores reglamentarios.

La nave debía ser entregada a la Marina de India en régimen de 'leasing'

El submarino estaba en el fondo del mar al ocurrir el percance. La comisión investigadora ha de averiguar por qué los tripulantes no usaron los respiradores portátiles para emergencias que deben tener en su cinturón, afirmó la agencia citando a un alto representante de la Armada. "Se puede suponer que los tripulantes no notaron el gas y cuando lo notaron era tarde", dijo la fuente.

El submarino accidentado puede llevar una tripulación de 73 personas y sumergirse a 600 metros. En el momento del percance, que ocurrió en la proa, había 208 personas a bordo, de las que 81 pertenecían a la Armada. El resto eran especialistas relacionados con la construcción del buque.

Normalidad en el reactor

El reactor nuclear, en la popa, funciona con normalidad y el submarino no resultó dañado por la avería, según dijo Igor Dygalo, ayudante del comandante en jefe de la Flota, al llegar la nave a Bolshói Kamen, cerca de Vladivostok. Allí han sido hospitalizados los 21 heridos, todos fuera de peligro.

Dygalo afirmó que no se había producido un aumento del fondo radiactivo en el accidente, pero Japón juzgó insuficientes las explicaciones rusas y solicitó datos sobre el lugar de la avería, sus causas y consecuencias. Tokio analizará el agua y nivel de radiactividad del lugar. Es el percance más grave en un submarino ruso tras el hundimiento del Kursk en el mar de Barents, donde murieron 118 personas en agosto de 2000.

La nave accidentada comenzó a construirse en 1991, pero el proceso quedó interrumpido por falta de medios. Gracias a un contrato firmado con India en 2004, los astilleros acabaron la obra. La tripulación india que debía hacerse cargo de ella era esperada en Vladivostok en diciembre, según la web Maritime Bulletin.

Un especialista en construcción naval citado por Ria-Novosti opinó que lo más probable es que la avería se debiera al factor humano y la responsabilidad sea de los astilleros, dado que el buque no había sido dado de alta aún en la Armada rusa. "Pudo haber sido un error en el sistema de programación o de explotación que hizo funcionar el sistema de extinción de incendios". El especialista explicó que los submarinos van equipados con dos sistemas de extinción de incendios, uno a base de espuma y otro químico.

Un submarino ruso de la clase Akula, como el accidentado, en 1995.
Un submarino ruso de la clase Akula, como el accidentado, en 1995.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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