Jóvenes y hosteleros convocan otro 'botellón' de protesta en Vitoria

Miles de jóvenes volverán a concentrarse en la madrugada de mañana tras el cierre de los bares del Casco Viejo de Vitoria para pedir una ampliación de sus horarios. La convocatoria cuenta con el apoyo de parte de los hosteleros de la zona antigua de la ciudad. La cita llega una semana después de que una multitud de jóvenes se reuniese en el mismo lugar y con idéntica voluntad reivindicativa en un acto que comenzó siendo festivo y terminó con un grave ataque vandálico a una exposición pública de fotografía deportiva incluida en la muestra Periscopio. El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, confió ayer en que la nueva concentración se desarrolle con un "comportamiento exquisito y que se convierta en una fiesta".

Las denuncias de los vecinos han aumentado en el último semestre

Lazcoz se enfundó el guante de seda para tratar un asunto espinoso, eludiendo ofrecer un perfil represor: "Espero que si surgen comportamientos vandálicos sea la mayoría de los jóvenes la que los repruebe", destacó. Eso sí, recordó que la Ertzaintza ha sido avisada de la convocatoria y que no faltarán dotaciones de la Policía Local en la plaza de la Virgen Blanca. A nadie le interesa que se repitan los sucesos del pasado domingo, ni siquiera a los propios hosteleros, que se han desmarcado con claridad de aquella acción.

Desde que en 1997 el Gobierno vasco fijase los actuales horarios de establecimientos hosteleros, ha sido notable el incumplimiento por parte de los hosteleros en las zonas de marcha, respondido con sanciones por parte de los ayuntamientos. "Tenemos una partida mensual en el presupuesto para estas multas", reconocía la semana pasada Alejandro Tejado, responsable de El Siete y Virgen Blanca, dos de los bares del Casco Viejo de Vitoria. Pese al incumplimiento de la normativa, no se llegaba a avisar a las fuerzas del orden.

Sin embargo, hace menos de un mes agentes de la Policía Local de Vitoria llegaron de madrugada un fin de semana a cerrar los bares, aunque al final la presión de los clientes les hizo retirarse. En el último semestre han aumentado las denuncias de vecinos ante el síndico (Defensor del Vecino) Javier Otaola. "No se puede burlar la ley. En toda Europa existen limitaciones de este tipo", recuerda el síndico, quien puso al corriente al Ayuntamiento de estas denuncias, habituales por parte de las asociaciones de vecinos del Casco Viejo Los Arquillos, Aldapa, Ladera Oeste y Barrenkale.

El colofón llegó con la reclamación de un grupo de dueños de pubs, que recorrieron la parte vieja acompañados por un notario para certificar el incumplimiento sistemático de los horarios de cierre. El Ayuntamiento no tuvo entonces más remedio que intervenir. "Aunque sabemos que la presencia de un policía con la porra a la una y media de la mañana no es una imagen que nos guste, las denuncias de estos últimos meses han llevado a tomar esta decisión", señalaba ayer un asesor del equipo de Patxi Lazcoz.

Lo que está claro es que en este caso se enfrentan los derechos de muchas partes, como bien recuerda Gonzalo Arroita, gerente de la Agencia de Renovación Urbana, responsable de la rehabilitación del barrio antiguo: "Hasta entre los propios hosteleros del Casco Viejo surgen las discrepancias. Incluso los vecinos diferencian entre el bar que abre durante todo el día y le ofrece un servicio al barrio y el que sólo atiende unas tres horas las noches de fin de semana", resalta.

Y es que los problemas son más graves que el horario, en opinión de un dirigente vecinal: "Ningún vecino pone el despertador a la una y media de la mañana para ver si el bar de abajo está abierto o no. Se trata de la insonorización del local, de no permitir consumiciones en la calle o del cierre de puertas y ventanas a partir de la hora que señala la ley, de las salidas de humos... Si el local estuviera en condiciones, el horario de cierre sería lo de menos".