Críticas internas a Rajoy por su apoyo al fondo para los bancos

Todo es nuevo en el nuevo PP. Incluso las reuniones de los órganos son distintas. Hasta hace pocos meses era impensable un debate a fondo sobre las decisiones del líder. Pero ahora no. Mariano Rajoy echó del comité ejecutivo a la mayoría de los críticos -Costa, Elorriaga, Aragonés, Ignacio González...- pero no ha logrado disipar el debate. Ayer, tanto él como su responsable de economía, Cristóbal Montoro, tuvieron que esforzarse para rebatir las críticas de cuatro miembros del comité ejecutivo al apoyo dado por Rajoy al fondo de ayuda a los bancos puesto en marcha por el Gobierno.

El más significativo de los dirigentes que mostraron sus dudas o abiertas críticas es Juan José Güemes, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y fiel escudero de Esperanza Aguirre, la gran rival interna de Rajoy. Ella le propuso que metiera en el comité ejecutivo a su mano derecha, Ignacio González, pero el líder colocó a Güemes pensando que sería menos crítico. Ayer se vio el error de Rajoy.

Montoro, según varios de los presentes, habló de la polémica por la decisión de Economía -pactada con el PP- de dar a conocer los nombres de los bancos que acceden al fondo cada cuatro meses, para no perjudicar su imagen. Montoro explicó que el Gobierno está "engañando" al PP en el desarrollo legal de algunas de las garantías de transparencia pedidas por los populares. Güemes preguntó: si es así, ¿por qué el PP lo está apoyando? Además, aseguró que no es nada fácil explicar a la ciudadanía la posición del PP en este asunto.

Una teórica fiel de Rajoy como la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, coincidió con esta tesis. Es muy difícil explicar que se está ayudando a los bancos cuando éstos no hacen más que exhibir sus aumentos de beneficios, dijo en clara referencia a los buenos resultados del Banco Santander.

También el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras mostró sus dudas y la dificultad de explicar la posición del PP. El diputado Miguel Ángel Cortés insistió en que si él mismo no es capaz de entender la posición del PP -sobre todo después de escuchar a Montoro que el Gobierno está engañando a la oposición-, mucho más difícil será explicárselo a las bases y a los electores. Cortés concluyó que todo habría sido mucho más fácil si el PP hubiera presionado para que los decretos que regulan el fondo de ayuda y los avales del Estado se hubieran tramitado como proyectos de ley. Así, el PP, en vez de fiarse del Ejecutivo, habría podido controlar hasta el último detalle.

Rajoy se defendió, aunque no dejó claro, según los presentes, qué hará. Se limitó a pedir a los suyos responsabilidad, después de asegurar que la situación económica es incluso peor de lo que ofrecen los datos. En el PP hubo en su día muchas dudas sobre ese apoyo, y Rajoy llegó a decir que el dinero era para "los amiguetes banqueros de Zapatero". Pero el líder, después de recibir presiones de los bancos y ver el apoyo de la UE, cambió de idea.

El otro choque inesperado fue entre Barberá y Ana Botella, teniente de alcalde de Madrid. Barberá criticó la subida de impuestos del Ayuntamiento de la capital, mientras otros, como el suyo, los congelan en coherencia con el discurso del PP. En ausencia del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, que se había marchado, fue Botella quien defendió la subida porque el consistorio está sin fondos.