La Camorra tirotea a cinco adolescentes en un barrio de Nápoles
Los jóvenes, de entre 12 y 16 años, estaban en un salón recreativo
Cinco menores de entre 12 y 16 años fueron tiroteados hacia la medianoche del sábado en Secondigliano, uno de los barrios de Nápoles dominado por la Camorra. Los jóvenes estaban en un salón recreativo cuando cuatro pistoleros, subidos en motos de gran cilindrada y cubiertos con cascos, les dispararon 30 tiros. Según la policía, se trata de una vendetta contra el dueño de la sala de juegos, que tiene antecedentes penales. Los padres de los jóvenes, que resultaron heridos leves en las piernas y los brazos, también son conocidos de la policía.
"Habíamos terminado de ver el partido y de repente estalló el infierno", relataron ayer las víctimas. "No sabíamos dónde escondernos. Ellos disparaban y disparaban. Fue horrible". Para protegerse de la lluvia de fuego, los chicos -tres de ellos sobrinos del dueño del salón- se refugiaron detrás de una mesa de billar. Cuatro permanecían ayer ingresados en el hospital; el quinto, herido en un brazo, fue dado de alta. "Ninguno resultó herido grave, aunque podía haber sido una masacre", dijeron fuentes de la comisaría de Secondigliano.
La nueva operación de la Camorra, la mafia que campa en Nápoles y la región de Campania, es otro síntoma de la escalada violenta de las últimas semanas. Tras la matanza de seis inmigrantes africanos en Castelvolturno, en septiembre pasado, el Gobierno decidió enviar 500 militares a la región. La medida se ha revelado hasta ahora más efectista que eficaz.
Los sindicatos de policía criticaron ayer esa decisión, tildándola de "campaña demagógica", y denunciaron que la escasez de medios humanos y económicos en las fuerzas del orden ha alcanzado niveles "dramáticos". "El ataque en Secondigliano demuestra el problema irresuelto de la seguridad y el control del territorio", dijo el secretario general del sindicato SILP, Tommaso Delli Paoli. "Esperamos que sobre esta ola emotiva el Gobierno no se invente ahora el 'militar de guardia en los círculos recreativos', dando pábulo a esa locura colectiva que parece querer acreditar que la seguridad ha mejorado con la llegada del Ejército", añadió.
El SIULP, otro sindicato, advirtió al Gobierno que en la comisaría de Secondigliano, el barrio cercano a Scampia donde se desarrolló la guerra entre los clanes camorristas de 2004, faltan "ordenadores, tecnología y una nueva logística".
El ministro del Interior en la sombra, Marco Minniti, afirmó que el tiroteo del sábado demuestra que "Italia se encuentra frente a una verdadera guerra sin reglas ni principios". Para el dirigente del Partido Demócrata, "el desafío de la Camorra es incompatible con la democracia y es el primer problema de seguridad en nuestro país".
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